domingo, 28 de septiembre de 2014

Y PERLAS/A Tato Ospina


Irma Abozzi

Y PERLAS/A Tato Ospina
Un aguacero nos vuelve manantial
a la orilla de los mismos güaduales
que una vez nos juntaron.
¡Vi tan de cerca el mar!,
estuvo ahí por todos los siglos
y arrimé con él perlitas de sal
para dejarlas en tu orilla.
Y fueron rosario en tu cuello
con un crucifijo donde orabas por mí,
mientras me alejaba por los caminos marcados
sin saber cuál sería mi destino al fin.
Pero fuiste lluvia clara en mi vida,
brotó translúcida de mis ojos
ajustándose a las laderas de mis pómulos,
y la blancura de tus labios
tornó en aguacero en mis niñas
y en gemidos alargados
cultivados en el pecho.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 28/14

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