LA CALAVERA/Cuento
En un pueblo pequeño
cualquier palabra se agranda
pasa de boca en boca,
hasta considerarse cierta.
Había una vez un hombre,
y otra vez una mujer
que por andar de juega
caminaban a traspiés.
tumbes y tumbes la vida,
paredes por sostener
y así se fueron acercando
a la esquina de la iglesia
donde había un camposanto.
Un escalón para descansar
una rincón para orar,
un momento para trabajar
y otro segundo para soñar.
¡Mira mi amor!
¿Quién será la dama de blanco?
Poco a poco se fue acercando el varón
sin mala intención.
Pero al levantar el rostro
¡Santo Dios!, ¿qué haces aquí calavera?
quien con franca sonrisa mueca
pretendió asustar a quien ella quisiera.
Una carrera sin freno
una tumba en el jardín,
y el borracho y su doncella
sosteniendo otra botella
no paraban de reír.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 21/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario