MI PRINCESA
Encontré en el mar un caracol
cada detalle, cada pincelada,
un techo de nácar su perfección
¿quién sería su constructor?
Encontré en mi ventana un ruiseñor
pálidas plumas, mi dulce amor,
¿quién donaría un arpa a su corazón?
Encontré una hoja seca en mi balcón
entre dorados y café,
tal vez era el alma de ella
que se anunció sin temor,
cuando del árbol decidió caer.
Un te quiero de mí brotó,
¿qué haces madre?
¿no te basta con el cielo?
¿qué quieres ahora?
Y al segundo su aroma...,
¿sería entonces ella la flor
que en la mañana resucitó?
o ella era el arpa ,
que entonaba himnos de amores
dentro del pecho del ruiseñor.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 7/14

cada detalle, cada pincelada,
un techo de nácar su perfección
¿quién sería su constructor?
Encontré en mi ventana un ruiseñor
pálidas plumas, mi dulce amor,
¿quién donaría un arpa a su corazón?
Encontré una hoja seca en mi balcón
entre dorados y café,
tal vez era el alma de ella
que se anunció sin temor,
cuando del árbol decidió caer.
Un te quiero de mí brotó,
¿qué haces madre?
¿no te basta con el cielo?
¿qué quieres ahora?
Y al segundo su aroma...,
¿sería entonces ella la flor
que en la mañana resucitó?
o ella era el arpa ,
que entonaba himnos de amores
dentro del pecho del ruiseñor.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 7/14

Su corazón nunca albergó odio ni resentimiento, aunque siempre recordó a todos con amor, pero no quiso mirar hacia atrás.
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