ÁMATE
[103] L2R
Como
ama la lluvia los resecos valles,
el
cóndor la altura, y la perdiz la tierra…
Ámate
en silencio, sin gritarlo
nadie
como tú, ni parecido
ni
siquiera un gajo de tus cabellos
ni
una línea de tus manos.
Como
la montaña la nieve perpetua
y el
escondido escarabajo
la
oscuridad de la tierra.
Necesidad
tan solo de estar y ser,
una
paloma susurra un verso de amor,
y los
gajos regalan un acolchado nido.
Ámate
sin esperar que nadie lo haga,
somos
semillas sueltas en el paraíso
para
que germinen pastizales,
y broten
orquídeas blancas y azules.
Pero
estoy triste, aunque grite intenciones;
estoy
pálida como la hoja de mi día,
ámame
para ruborizar mi piel,
porque
después de ahora,
¿quién
me amaría?
Pero
ámate, por favor,
Ámate…
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 30/14
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