TE QUIERO
No lo escribiré sobre una lápida una vez más, lo diré
ahora que puedo ver un ave volar, en éste momento que siento ésta cruel
ansiedad de creerme perdida, sabiendo que estás.
No lo diré cuando unas flores estén sobre un estuche de
madera, sino en este segundo en que tuve sueños inquietantes, no te afanes, que
siempre estoy a tu lado, decía la voz, y tus deseos están conjugados en el
universo, no busques más.
No lo gritaré a nadie, ni me arañaré la piel para que
otros digan que soy la mejor, que mi santidad es como la de las palomas con
hambre, o de las iguanas que ansían un mundo mejor...
No lo repetiré ni cuando la lluvia asome, sino en éste
segundo que se me ha donado, y un poco más tarde, cuando azules olas besen mi
desnudo cuerpo, y hable con las caracolas bonitas del mar.
Ni luego a mi regreso, cuando admirada observe que se han
robado los bosques, y el cemento ocupa su lugar.
Ni cuando me dé
cuenta, que se acaban las aves del cielo, y el ocaso sea diferente al pasar,
sino ahora, cuando aún suspira mi pecho por ti, cuando una leve llama se
enciende por alguien, cuando busco justicia y no aparece, pero ansío ver una
gaviota volar.
Te quiero es suficiente, para quien lo desee escuchar,
sin más valor que la palabra dicha, con la intención de cambiar.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 18/14
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