HAIKÚ MANOS
Extiende
amigo
tu
tibia mano
con
un mendrugo
una
caricia
sobre
mi rostro
que
voy herido,
más
si no puedes
alza
tu cara
que
la luna roja
cambió
de traje,
y
en un instante
de
blancos lirios
torna
la vida,
como
una torta
con
dos estrellas
que
parecen sal
y
ahondan pronto
el
oscuro mar.
Raquel
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