miércoles, 12 de marzo de 2014

ODIO

ODIO

Ojo que no estemos por ahí llenos de odio, un veneno que sólo ataca a quien lo siente, nos vamos a liberar, y a pensar, que tal vez tengamos que despedir a esa persona, ¿sería posible hacerlo con una sonrisa?...

Hay un silencio que abarca todo... estamos aquí aprendiendo, no convirtiéndonos en el veneno que nos ahogará... con ésta música todo vicio marcha, abro mis alas pequeñas al sol...mi amado y precioso sol que abriga a mi princesa, hoy en su día 10, que la alejó físicamente de mi lado, pero palpita con cada sonido, y cada brillo, como lágrimas hechas de mar. 

Hoy de nuevo regresa depresión, por aquello de que no podemos cambiar el destino del hombre, por esa razón, de que a veces, no quisiéramos morir nunca, ni que ningún ser amado se vaya antes…

Puede ser por el vacío que retorna, por los ojos que se alejan velozmente y el amor que se vuelve distancia y sombra…

Que no estemos como los alacranes, a la defensiva... y que nuestra rabia y odio nos someta a nuestra propia daga clavada con su veneno, que no herirá a otros, sino a nosotros mismos, y así nuestra lengua buscará el tibio de otros para dañarlos.

¡Qué malo es el odio!... odiamos porque sí… porque las personas se defienden, por la belleza, por el bienestar y el progreso que no hemos podido alcanzar, por nuestra historia  con rocas en el camino o no, que fueron puestas para nuestro propio crecimiento como seres humanos.

A veces odiamos cuando somos quienes disparamos las flechas primero, y no permitimos en medio de nuestra soberbia y arrogancia, que el ofendido reclame siquiera a su manera… y se defienda  del veneno de la víbora.

Somos perversos cuando queremos…sabemos mentir y engañar a otros, creemos hasta en nuestras mentiras, y nos cobijamos con el veneno de nuestro corazón.

El odio nos enferma, nos apaga, nos llena de mucho dolor…y no permite ver la grandeza que tenemos; vuelve todo gris y oscuro,  nos perdemos de los sonidos hermosos que trae el bosque, de contemplar los ojos de los demás y sus propias miserias y afanes, por creernos perfectos, cuando un cáncer hace metástasis  por toda la hiel que llevamos dentro.

Vamos a bañarnos con sal, vamos a sacar todo ese dolor y ese veneno que nos está dañando… vamos a limpiarnos con miel de angelita, vamos a correr  y a saltar por éste nuevo día que se nos dona, y dejemos en el ayer los vicios, la arrogancia, la envidia, y todos esos pecados que nos consumen como seres humanos pensantes.

Un ave es tan feliz, a pesar de estar prisionera… la escucho cantar… ¿será que llora realmente?...No lo sé… pero me arrodillo a recoger una hormiga presurosa con su enorme carga para otros…sin importar si tiene hambre… ¡y la veo tan feliz!… ni siquiera piensa en el hoy, ni en el  mañana, y trabaja para todos como uno solo.

¿Qué nos falta realmente?...lo tenemos todo…sólo  que vivimos sin imaginar que a la vuelta de la esquina, ya no seremos, ni odio, ni envidia, ni dolor…sólo un vástago que ha dejado de odiar… y que no aprovechó los instantes de ojos abiertos, cuando el mundo estaba ahí  para contemplarlo y amarlo, con todo ese contenido mágico que nos fue legado con su estuche para nuestra felicidad y la de otros.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo 12/14


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