MI SUEÑO 1802/14
Ayer, en medio del frío que está haciendo en Barranquilla, que me hace recordar a mi tierra, me quedé hasta muy tarde escribiendo, en tanto, mi hija hacía su trabajo, ya que ella es como yo, le tememos a la oscuridad, mientras tanto, armé cositas por ahí, rosas viejas que conservo, pero que se me deshojaron, uno que otro detalle para organizar imágenes y escribir con ellas, ya que debido a una triste experiencia, no quiero seguir tomando sueños de otros.
Mucho dolor de cabeza, pero es que las fiebres se curan con pensamientos bonitos, y después me vi de nuevo en mi vicio poesía, y le leía pequeñas partes, que escribía, en una libreta bonita que encontré por ahí.
Escuche éste Vero:
Un hombre, es aquel que sabe callar en el momento oportuno,
Y nos permite expresar lo que sentimos…
Tal vez mañana se cuente una historia,
Donde los actores principales,
Seamos tú y yo…
Me gusta el juego de la poesía
Porque nos llena de pasión
Para amar, sin compasión.
Y así, uno a uno le leía las cosas que escribía, hasta que al fin se volteó y me dice con voz fuerte:¡¡Ahh!!... ya mamiiiii... ¡¡deje el hormiguillo!!... ¡jajajaja! …
Su comentario me hizo reír mucho, cada vez que recordaba su mirada, y la manera en que me lo dijo, me mantuvo con una carcajada explosiva…
¡¡Yaaaaaaaa mamiiiiiiii! -Y se contagiaba con mi risa.
Pensé: Pobres mis hijos, tan bellos mis potrillos, repasé cada alcoba para ver que estuvieran bien, como cuando eran bebés, Caro tosía, una gripe muy fuerte, y se recupera, estaba estudiando inglés, pasé por la alcoba de nené… Kevin y ¡sorpresa!… -me la reservo y la dejo a la imaginación de todos, pero no crean que es lo que están pensando… es algo mejor, bien contaré…su cama llena de partituras, y él repasando cada hoja… no se dio cuenta que lo observaba… y aquí ya era la 1 am.
Los sorprenderé mañana con un rico desayuno –pensé- y busqué unas guayabas para cocinarlas un poquito pues ese jugo con leche es delicioso, y seguí escribiendo.
No me di cuenta a qué hora se fue a dormir Vero, lo cierto es que repasé a mi amado pc, busqué cada melodía que no había escuchado, detallé muchas imágenes con un fondo blanco, leí cada uno de sus versos y luego, me fui a dormir cuando escuché los gritos de mi hija llamándome.
Creo que no estaba muerta… estaba de parranda… así hay por ahí una melodía…
En el sueño caminé y seguí riendo, en la finca de mi padrino, con sus hermosos ojos llenos de amor y bondad, y ese abrazo que nunca fue negado, ahí feliz viendo con él sus vacas gordas, y un toro negro inmenso de quien se sentía orgulloso…
Seguí recogiendo frutos, después bajé la cuesta para ver un manantial, de nuevo con él seguí caminando, y terminé ayudándole a recoger alverjas, llené el saco como si el tiempo no hubiese pasado, y él desde arriba la casita blanca llena de flores, donde ahora era Sofía quien lo acompañaba, me observaba... y lo escuché cuando dijo: ¡Miren a queñito!... ¡eso sí es lindo! Cómo trabaja, le da ejemplo a los grandes y flojos…
Cuando llené el saco, ya estaba en la cocina comiendo caldo virgen con arepa, y él ahí siempre sonriendo, o callado, silencioso… contemplando el cielo…
Diana mi amiga a quien yo le decía "la oro", porque alguna vez se tiñó el cabello y le quedó de ese color, le causó mucha gracia a mi padrino, y se reían juntos...ella le regaló un beso en la boca, y él se sintió de nuevo como un potro lleno de vida, corriendo feliz por su pradera.
Soñé con mi primo también, en días de sólo risa… y en medio del sueño lo divisé de nuevo a Él saliendo de entre blancas amapolas, lo vi enorme, abrigado… sólo podía ver la luz de sus ojos, y con ese ardor que me asiste a veces le dije: Amor… ¡me enciendes con tu mirada!… pero realmente era yo quien parecía una llama encendida.
En el sueño podía oler a humo, hasta ahí llegaba, y me calcinaba de a poco, como si todo lo mío tan frío ayer, hoy estuviese vivo entre las secas rosas, y así, sobresaltada desperté.
¡Vero!... ¡Vero!... ¿no te huele a quemado?...
Ella despertó disgustada, ya lo estaba, porque antes de dormir no paraba de reír, al recordar su reclamo primero…
Pero aun así se levantó...
-¡Si mami! … ¡huele a quemado!
Cosa rara, a pesar de la oscuridad no sentí miedo, y corrí a revisar… y ahí estaban, mis guayabas botando chispas de colores, y la olla sin sus asas, y la carcajada retornaba en medio de trinos de aves, y brisas heladas de febrero, desperté de mi corta muerte y aquí estaba, un nuevo día, que nos llenará de sorpresas y motivos para llenar la bendita página en blanco que se me otorga como premio, a mi loca fantasía.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 19/14
Mucho dolor de cabeza, pero es que las fiebres se curan con pensamientos bonitos, y después me vi de nuevo en mi vicio poesía, y le leía pequeñas partes, que escribía, en una libreta bonita que encontré por ahí.
Escuche éste Vero:
Un hombre, es aquel que sabe callar en el momento oportuno,
Y nos permite expresar lo que sentimos…
Tal vez mañana se cuente una historia,
Donde los actores principales,
Seamos tú y yo…
Me gusta el juego de la poesía
Porque nos llena de pasión
Para amar, sin compasión.
Y así, uno a uno le leía las cosas que escribía, hasta que al fin se volteó y me dice con voz fuerte:¡¡Ahh!!... ya mamiiiii... ¡¡deje el hormiguillo!!... ¡jajajaja! …
Su comentario me hizo reír mucho, cada vez que recordaba su mirada, y la manera en que me lo dijo, me mantuvo con una carcajada explosiva…
¡¡Yaaaaaaaa mamiiiiiiii! -Y se contagiaba con mi risa.
Pensé: Pobres mis hijos, tan bellos mis potrillos, repasé cada alcoba para ver que estuvieran bien, como cuando eran bebés, Caro tosía, una gripe muy fuerte, y se recupera, estaba estudiando inglés, pasé por la alcoba de nené… Kevin y ¡sorpresa!… -me la reservo y la dejo a la imaginación de todos, pero no crean que es lo que están pensando… es algo mejor, bien contaré…su cama llena de partituras, y él repasando cada hoja… no se dio cuenta que lo observaba… y aquí ya era la 1 am.
Los sorprenderé mañana con un rico desayuno –pensé- y busqué unas guayabas para cocinarlas un poquito pues ese jugo con leche es delicioso, y seguí escribiendo.
No me di cuenta a qué hora se fue a dormir Vero, lo cierto es que repasé a mi amado pc, busqué cada melodía que no había escuchado, detallé muchas imágenes con un fondo blanco, leí cada uno de sus versos y luego, me fui a dormir cuando escuché los gritos de mi hija llamándome.
Creo que no estaba muerta… estaba de parranda… así hay por ahí una melodía…
En el sueño caminé y seguí riendo, en la finca de mi padrino, con sus hermosos ojos llenos de amor y bondad, y ese abrazo que nunca fue negado, ahí feliz viendo con él sus vacas gordas, y un toro negro inmenso de quien se sentía orgulloso…
Seguí recogiendo frutos, después bajé la cuesta para ver un manantial, de nuevo con él seguí caminando, y terminé ayudándole a recoger alverjas, llené el saco como si el tiempo no hubiese pasado, y él desde arriba la casita blanca llena de flores, donde ahora era Sofía quien lo acompañaba, me observaba... y lo escuché cuando dijo: ¡Miren a queñito!... ¡eso sí es lindo! Cómo trabaja, le da ejemplo a los grandes y flojos…
Cuando llené el saco, ya estaba en la cocina comiendo caldo virgen con arepa, y él ahí siempre sonriendo, o callado, silencioso… contemplando el cielo…
Diana mi amiga a quien yo le decía "la oro", porque alguna vez se tiñó el cabello y le quedó de ese color, le causó mucha gracia a mi padrino, y se reían juntos...ella le regaló un beso en la boca, y él se sintió de nuevo como un potro lleno de vida, corriendo feliz por su pradera.
Soñé con mi primo también, en días de sólo risa… y en medio del sueño lo divisé de nuevo a Él saliendo de entre blancas amapolas, lo vi enorme, abrigado… sólo podía ver la luz de sus ojos, y con ese ardor que me asiste a veces le dije: Amor… ¡me enciendes con tu mirada!… pero realmente era yo quien parecía una llama encendida.
En el sueño podía oler a humo, hasta ahí llegaba, y me calcinaba de a poco, como si todo lo mío tan frío ayer, hoy estuviese vivo entre las secas rosas, y así, sobresaltada desperté.
¡Vero!... ¡Vero!... ¿no te huele a quemado?...
Ella despertó disgustada, ya lo estaba, porque antes de dormir no paraba de reír, al recordar su reclamo primero…
Pero aun así se levantó...
-¡Si mami! … ¡huele a quemado!
Cosa rara, a pesar de la oscuridad no sentí miedo, y corrí a revisar… y ahí estaban, mis guayabas botando chispas de colores, y la olla sin sus asas, y la carcajada retornaba en medio de trinos de aves, y brisas heladas de febrero, desperté de mi corta muerte y aquí estaba, un nuevo día, que nos llenará de sorpresas y motivos para llenar la bendita página en blanco que se me otorga como premio, a mi loca fantasía.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, febrero 19/14
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