VIOLÍN 3
Op. 64. Mendelssohn
Cuando un violín habla,
Lo hace como un niño cuando tiene hambre: llorando
Y cuando calla, es como si el río, dejara de cantar.
El músico se eleva
entre sus mágicas notas,
Y todos debemos
callar.
Porque tiene alma
de poeta,
Y su voz es de madres que lloran en el bosque
Es de lobos
que aúllan sus hambres a la vieja solitaria
Es de amantes, que
se perdieron anhelantes de un beso.
Si callara el
violín, ¿quién lloraría por mí?
Si la mano del
músico no se extendiera,
Mi amado poeta, ¿lo
harías por él?
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero20/14
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