sábado, 18 de enero de 2014

UN SENDERO

UN SENDERO

Yo también en el camino hallé unos ojos negros
Creí que se quedarían conmigo por siempre
¿Pero quién soy acaso para adivinar?
Él marchó tras sueños enormes
Donde no cabían mis sentimientos.

Viví una tormenta ciega, sorda y muda
Con Dios y mi madre me consolaba
Ella decía: Diles que no es tu escritura
Que todos tenemos marcado un destino
Ni un paso atrás ni adelante, detendrá lo que será.

Ahora, quisiera devolver todas mis pisadas
Regresar a ese regazo lleno de plenitud
Donde nada faltaba en mi vida y todo era luz
En medio de carcajadas y angustias del día.

Corro, quiero estar aquí pero no puedo…
Mis alas se cansan ante la brisa de enero
Se quiebra mi corazón al ver en otros brazos
Lo que anhelé mío.

Decir y repetir no basta… pero el tiempo continúa
Mi pequeña barca fuerte y soberana surca los mares
Llega a la inmensidad, donde los azules son todo lo anhelado
Me quedo entre la ola más gigante que me abraza
Me lleva como un tronco seco, y me estrella contra las rocas…

Pero estoy aquí, después de soñar…
Viendo desde una gran roca, ese aposento tuyo
Pasan y pasan las gaviotas, pasa mi águila amada
Y te veo, entre sedas de colores y plumas de garza
Volando, soñando, viviendo, sin estar mi amor ahí.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, enero 17/14

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