jueves, 16 de enero de 2014

CÓMODOS

Las palabras de los cómodos del país: Yo estoy bien, yo soy feliz, yo vivo aquí bien y de aquí no me voy nunca, es el mejor vividero del mundo.

Bajo un poco la mirada y pregunto a los que roban para sobrevivir, a los que no consiguen un empleo y si quieren mantenerlo deben conseguir votos y si no se van para la calle, le preguntaría a los niños y ancianos de la calle, a tanta gente que no tiene un rancho para vivir y lo hacen debajo de los puentes; me gustaría preguntarle a los chicos que buscan un hogar, porque los padres los tienen que abandonar ya no tienen trabajo, no tienen oportunidad de una familia ni un hogar...

Tantas preguntas por hacer, ¿pero a mí qué carajos me importa?, yo soy feliz, yo tengo trabajo, yo pude educar a mis hijos sin empeñar mi casa, yo tengo un buen negocio y la puta vida de los demás me importa un carajo...

Injusticia social, y lo más triste es que parece que a nadie le importa, ésta es la verdadera razón de la desigualdad en el mundo.

¿Acaso me importa que sus hijos no puedan estudiar ni conseguir un empleo digno?, yo sí pude, yo sí puedo, porque yo soy una persona feliz.

Éstas respuestas me llenan de mucha tristeza, en Colombia no hay gente feliz, ese cuento es reforzado, hay gente corrupta que acepta las vagabunderías de los gobernantes y tienen la concha de favorecerlos y volver a votar por ellos, para mantener sus prebendas, ésto se llama cinismo, doble moral.

Y ahora mi tinto caliente, porque se me rebotaron las amebas...


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo/14


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