Mi hija Carolina.
NECEDAD
[22]
Ahora mismo siento el olor de la montaña,
Observo a un campesino su azadón en una
mano
Y la otra un puñado de semillas...
Ahora mismo,
Descubro tus ojos a través de un hilo
En mi computador...
A veces te presiento triste,
Como si todo lo alcanzado no te llenara,
Y entonces imagino tu boca en la mía,
Mis brazos siendo enredadera sobre tu cuello...
A veces... Sólo a veces...
Entro a ver tus cosas... ¡todo tan hermoso...!
Adivino luces de colores, todas
encendidas…
Pero una honda melancolía, me hace llorar...
Por eso a veces, al pretender olvidarte...
Me doy cuenta que alguien te ha tallado
En el árbol vida, que está en mi corazón.
A veces creo que has sido
Ese
sueño hermoso y efímero,
Esa estrella que se dispuso a brillar en el cielo
Y se quedó temblando en mis ojos...
A veces, creo que te he olvidado.
Un ardor extraño en el pecho,
Y hacia un rincón en el tiempo
Donde navegan peces del ayer
Me detengo…
Y me quedo ahí…
Con
tus manos junto a las mías
Y
ésta necedad de amarte,
Que
nunca muere…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, diciembre 26/13
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