TENGO
HAMBRE [120]
Siento
mi estómago pálido,
hay
hambre en mi país
huele
a desesperación,
observo
dragones de metal
y
ojos de vampiro.
Aquí
los jefes caminan tranquilos,
la
torta Colombia se reparte sin miedo
y
se busca una pelea invisible,
para
que un ave de metal surque el cielo.
Tengo
hambre de paz…
He
visto amigos sobre sábanas rojas
niños
que no fueron mariposa ni rosa,
madres
que no duermen;
buscan
en el bosque a sus hijos
y
en el ocaso una estrella.
Quiero
comer un pedazo de paz
un
poco de alegría,
un
tanto de verdad…
Atosigarme
de besos y abrazos
y
sembrar árboles para el futuro,
derribar
estaciones en el viento
y
muros de cemento…
El
hambre de amor agobia al mundo.
¡Pobre
de mi patria!
Se
ha vendido a los poderosos
y
ahora se cierne algo apestoso
sobre
nuestras cabezas.
Quienes
gobiernan son un peligro
y
quienes los siguen, son peores.
Terminarán
dejando nuestros hogares sin techo
nuestro
alimento será un poco de sal interior
adobada
con esa torta inmensa
que
cada noche se observa,
se
agranda
se
achica
en
ese infinito azul
tan
lleno de gracia.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
noviembre 6/13
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