SEMBRAR/El
Serbio [95]
Mi
serbio está haciendo una labor: sembrar... sembrar... sembrar...
Muchos
lo hacen y otros destruyen, un día de éstos contaré el final de la telebobela,
por
ahora me entretengo con los sonidos del viento, ¡son tan lindos...!
Camino
por ahí buscando siempre una flor, o un motivo para ser feliz...
Lo
encontré en mi blanca hoja del día a día, y doy gracias a Dios por ello.
Ya
nadie ríe, porque atrapé el más hermoso sueño de mi instante
y
no dejaré que nada me lo arrebate...
Pienso
en tu boca, en el constante palpitar de una campana, y regresa a mi oído un
suspiro...
A
lo lejos un alcatraz veloz, lleno de ricuras para sus hijos.
Aguardo
al sembrador de sueños en un tocar de manos
en
el piano que me donó.
Mi
amado músico: quiero que escuches mi voz temblorosa,
las
blancas y negras de mi interior, que palpitan conmigo;
el
sonido de la voz las estrellas como ojos de niños
que
brillan y alegran la noche,
Y
al paso de una quebrada,
las
rocas entonan maravillosas melodías
que
nos invitan a orar y descansar.
¡Canta
el corazón si está contento!...
Y
a veces es tanta la felicidad,
que
me invita también a llorar...
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 11/13
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