lunes, 21 de octubre de 2013

MADRES [48]

MADRES [48]

Madre, el regalo más bello de Dios,
certeza de que Él existe son sus ojos,
la verdad de que somos flor y semilla
y que su palabra es amor.

Hoy, si a recordar sus manos me atengo,
la febril noche me encuentra llorando,
y al cerrar los ojos, dulces frutas aparecen
con extraños aconteceres,
que me hablan de un amor verdadero.

¿Puede haber algo más bello que su mirada?
¿Más dulce que sus manos sobre las nuestras?
Benditas manos,
bendita vida en nuestro rosal pasajero
y ellas, se quedan en ese rincón del alma
siendo un ramo de violetas tristes
que ahora deambulan en el cielo.

Un rosario de brillantes perlas para mi Princesa,
que se aferran de mis ojos cada día.

A ella, un doblar de rodillas sobre las rocas
así tantas veces lo hizo suplicando
con nuestros afanes como suyos,
y nuestros dolores calando sus pequeños huesos.

Madre que del cielo bajaste para ser mi estrella,
dulce remanso en horas tristes /porque en las felices te olvidaba
y ahora… ¿qué ha quedado?
Unos ojos verdes que se parecen a los tuyos
y una vieja que cultiva pecas y arrugas
para un mañana tan incierto,
como las pasajeras nubes de la vida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, octubre 20/13





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