SIEMPRE
[120]
Hoy
más que ayer
advertí
que de nada vale llorar
pues
siempre llegará un dolor nuevo
y
una sonrisa tras otra,
para
convertirse en llanto.
Siempre
estará el cielo en el mismo lugar,
nada
mudará porque sufra,
ni
cambiará de puesto el mundo porque esté feliz.
Desde
un inmenso tronco un águila anida,
busca
una razón bajo sus alas y se queda,
y
al momento marcha tras un consuelo a sus crías
siendo
éste el motivo de su inquietud temprana.
No
afanes, que no esté angustiado tu corazón,
pon
en manos del Creador todos tus sueños,
Él
dirige la cometa de tu destino y el mío,
y
por más que corras, no llegarás más lejos.
Él
es dueño de ese tren veloz y quien lo frena.
Siempre
habrá un dorado esperando,
florecen
los girasoles y desvían su rostro;
bajan
su mirada a un anochecer
y
se renuevan felices con la luz del sol.
No
te afanes,
verás
que mañana llegará una buena noticia,
hoy
lloras y desmayas,
pero
una orquídea estará sobre tu mesa.
¿Puede
tu afán cambiar tu destino?
Nada
puedes contra él, pero avanza,
deja
que la brisa sacuda tus cabellos y juegue con tu boca
en
tanto espero amor, por una palabra tuya,
al
compás de una melodía.
¿Puede
regresar un gorrión después de estar herido?,
providencia
dijo sí, abrió sus ojos y cambió su
vida.
Siempre
habrá una esperanza, no te agotes,
lo
que ayer te hizo llorar, te hará reír de nuevo,
y
lo que te hizo reír, será llanto para mañana...
Más
no estés triste
porque
el mundo permanece,
las
estrellas serán flores en el cielo,
y
el mar estará impaciente
por
quererte.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
septiembre 4/13
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