martes, 13 de agosto de 2013

SOÑAR [104]

SOÑAR [104]

Nada es más gratis que soñar
y me atengo a la brisa de hoy,
para imaginarme contigo
bajo una fronda perfumada…

Vamos a sentarnos por ahí,
en cualquier roca olvidada en el camino,
para detallar cada mariposa,
cantos de avecillas de colores
sonando la brisa entre las hojas.

Olvidar el mundanal ruido,
dormir sobre tu hombro
viendo a las montañas,
con su cabellera blanca como la nuestra,
rompiendo todo lazo que nos haga sufrir.

Toma mis manos,
me quedo con las tuyas,
dame un beso mientras cierro los ojos,
y me olvido del ayer,
sin pronunciar palabra,
pues el tiempo parece una enredadera de colores
que anhela  subir, y al segundo desciende…

Vamos a nutrirnos de palabras
que nadie nos ha dicho,
¡eres bello!, es suave tu rostro,
son dulces tus manos,
son brillantes y negros tus ojos…

¿Hace cuánto no te dicen
que la vida vale la pena a tu lado?
¿Puedes acaso olvidar el dolor
y borrar las heridas?

Me quedo viendo a ese ayer,
y el brillo en los ojos se opaca,
me doy cuenta que la flor no se regó en verano
y en primavera no fue tocada…

Dame tu brazo, para caminar un rato por ahí,
nunca he salido a un parque de la mano de nadie,
¿O sí…?, recuerdo las manos de mi madre
y las de mis hijos…

Pero necesito otra mano, como la tuya,
que se aferre a la mía, y vuelva tibia la piel
que se torna helada,
cual nieve que cubre el rostro de la montaña.

No me había dado cuenta que vivía en una jaula,
me había acostumbrado a ella,
ahora no se volar,
no se caminar sola y me asusta todo alrededor…

¿No te sucede lo mismo?
¿A veces no quisieras correr sin rumbo,
y cuando llegas a ese espacio,
no sabes qué sucede contigo?

Buscas lo que yo, compañía,
anhelas lo que yo,  amor.

Entonces,
parezco monarca,
salgo de mi cárcel a ver tus ojos,
y me basta un día,
tan solo un día,
para ser feliz.

¡Mírame!…
Quédate en el brillo que ocultan mis pestañas…
Enrédate en el talle de mi cuerpo
y asidos como dos cometas que atrapa el viento,
permitamos que ese incierto viaje nos encuentre,
buscando la misma flor,
en el mismo solitario huerto.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 12/13  




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