viernes, 23 de agosto de 2013

ODIAR NOS ENFERMA [42]

ODIAR NOS ENFERMA [42]

Odiar nos enferma, cuando somos golpeados tantas veces, probados en éstos escabrosos caminos, pareciera un motivo para vivir resentidos, pero otras, sin motivo odiamos a otras personas, por envidia, celos, y es como echar sal sobre nuestro cuerpo, no podemos desear males a nadie, ni demostrar nuestra rabia contra otros sin razón, porque la vida misma cobra cada error, en el camino aprenderemos, pero sería bonito que no haya camino, sino desde ya, limpiar toda la inmundicia que habita en nuestro interior. Estoy en la tarea, cada día, te invito, te sentirás liviano y mejor.

Imagino a los campesinos colombianos, con tanta maldad que ha caído sobre ellos, y no piden nada regalado, sólo que los dejen trabajar, que paguen el precio justo por sus cosechas y que los dejen llenar las bodegas con sus alimentos, el país no necesita traer alimentos de otros sitios, tiene que dar alternativas para que ellos se puedan desarrollar en sus tierras, no que otros vengan a comprar a precio de huevo sus terrenos, y ellos sean vistos como delincuentes y los dejen arruinados y sin un azadón para arar la tierra.

Aquí es donde proclamo su humildad, son capaces de perdonar una y mil veces, y desde sus lágrimas y sangre derramada, levantarse y continuar con ánimo.

Odiar es el mal del mundo, por eso las guerras, y las mismas vienen a causa del capitalismo y el deseo desmedido del ser humano en querer tener cosas en vez de crecer espiritualmente, todo sería mejor si no existiera el dinero, ni tanto crecimiento que a nada lleva, sólo a que nos matemos y devoremos como fieras en una selva de cemento, con oportunidades para la rosca armada de los poderosos, y el pueblo acorralado por quienes debieran proteger sus derechos.

¿Qué puede decir una cocinera regular sobre el mundo? ¡Estupideces!, dirán los que adornan los escritos para que nadie comprenda con palabras salidas de ultratumba, pero si el gobierno colombiano no se pellizca, se avecina una guerra civil, pueda ser que no la vea, pero desde que nací, solo violencia he visto, espero no regresar a éste planeta para vivir con miedo, sino cuando haya paz y el hombre haya comprendido su misión, y que la vida es un instante pasajero.

¿Tan poco tiempo que estaremos aquí, y llegamos solo a dañar? 

¡Qué triste!, pero me desgasto, porque mientras unos desean el cambio, hay interesados en fabricar armas, pues viven del dolor y la guerra. Entonces mejor me voy a tomar mi café caliente y a doblar mis rodillas, para agradecer a mi Dios invisible, por un día más de vida.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 23/13
Publicado por  RAQUEL     en  08:37  




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