MIS PERRITOS [36]
Pareciera para muchos una tontería, a veces
hablamos de las personas tantas cosas, ¿pero nos detenemos a nombrarlos a
ellos?, ¿alguna vez hemos escuchado sus voces y angustias?, también aman, más
que nosotros y lo demuestran cada segundo, también les duele la vida, y la
pérdida de sus seres amados, no ser parte de una manada, todas éstas
experiencias de vida de mis cachorros me ha llevado a poner voz a sus íntimos
deseos, y sus más grandes angustias.
He tenido muchas aves, criado muchos animales
desde niña, una loca pasión de amor por ellos, y en cada intento siempre hay un
fracaso, hay dolor, desesperación, fallidos intentos para que haya vida, y para
que alguien la tome con amor, pero también en muchas cosas fallé, pues al
convertir mi amor en algo más que me sirviera para ayudar con los tantos gastos
en mi hogar, también expuse al dolor a éstos seres indefensos y puros, pues
para mí ellos son los verdaderos ángeles, tal vez somos nosotros mismos después
de la muerte, y llegamos así, a enseñar al ser humano como debe ser la tarea del
amor en la que tanto erramos.
Hoy falleció una de las bebés de mi perrita,
nació con los intestinos fuera según el veterinario, pero puede ser también que
haló algo fuerte y se le abrió la barriguita, la cirugía para una miniatura,
los intentos por mantenerlo con vida y su propia lucha, para finalmente marchar
ese hálito invisible, su alma, el ave azul de otro niño, oculta entre sus
greñas negras y sus ojos que nunca vieron la luz del sol.
Ahora mismo, está la madre aquí arañándome,
rogándome, buscando a su bebé como la mejor madre del mundo, ella sabe que eran
dos, estaba intranquila, afanada, sabía que su bebé no estaba bien y lo
manifestaba con gruñidos, con sus patitas la aprisionaba contra su corazón
queriendo dar el suyo para que sobreviviera, y ésta es la parte dolorosa, pues
le digo que ya no está, parece comprender pero me exige que la devuelva a su
cama.
Muchas veces personas insensibles me han dicho
que no llore por un animal, /mejor guarde esas lágrimas para cuando yo me muera, /me han dicho.
Estas palabras me parecían tan egoístas,
cuántos seres humanos no merecen una sola lágrima, pues han sido seres
mezquinos y egoístas, que se han creído superiores y con derechos sobre la vida
de otros, han sido abusadores y han maltratado sin piedad a los animales, sin
presentir siquiera de su dolor agudo y su angustia encerrada en el mutismo de
sus ojos podría ser la propia en cualquier momento de la vida.
Había dicho que no dejaría que mis perritas
parieran más, un descuido, alguien hizo lo indebido a mi espalda, y la
consecuencia siempre es el dolor, pues muchas veces no sabemos en qué manos
caen y se convierten en un estorbo para las familias que los apartan y maltratan,
tratándolos como basura, como si ellos no sintieran y fueran parte de éste
planeta.
He visto como los sacan a la calle cuando
están viejos y han entregado su juventud y su vida por amar y proteger a una
familia sin más esperanza que una caricia o un poco de sobras de comida.
Ahora es preferible que la gente adopte en vez
de comprar, es tomar conciencia de que si no tenemos amor para dar, es mejor
que nos quedemos solos, y no sometamos a un ser inocente a una vida miserable a
nuestro lado.
Por más que patees a un perro, lo ultrajes y
dañes, siempre llegará a lamer tus pies, si esto no es un ángel, yo me
pregunto: ¿Qué puede serlo?
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
agosto 24/13
Publicado por
RAQUEL en 11:11
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