domingo, 7 de julio de 2013

VIENDO [155]

VIENDO [155]

A mi alrededor contemplo el azul inmenso,
La sombra de un "te quiero” se renueva,
como un maravilloso astro cada día.

Ese chillido de monte,
de árboles llorones bajo mis pies;
esa laguna que no fue porque la apresaron,
esos cactus que no tienen tiempo de florecer
porque una daga...

Sobre una rama donde no estaré, te busco...
Un inmenso señor que ayer tuvo fantasías de verdores, y miradas altas,
caído en cualquier camino,
porque una sierra maldita tiñó de sangre su destino...

Sólo fantasmas levitan en los desiertos senderos,
cemento gris, sangre y llanto de madres que buscan huesos,
tiña que el hombre empeñado en sus fantasías
siembra, como si el dolor floreciera…

Burlones de mi madre que ríen a carcajadas
con sus estómagos a reventar de falsas delicias...

Deletreo tu nombre de nuevo y te busco,
pretendes aparecer donde no te aman,
eres un lirio en la herida de una roca,  
un ramo de violetas en un rincón olvidado,
y tus gotas de rocío se empeñan en los colores de la vida
que el hombre mata con su poder malsano,
y su reinado de un día.

Debo volar pero no se hacia dónde...
Debo correr pero no encuentro la tibieza
de ese alguien por ahí que me inspire...

Tengo hambre insaciable de amor
y decido volar para ser sobre la montaña
para descubrirte de nuevo
entre los azules que bordean un lago pintado
en medio de  las sombras...

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio 6/13 

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