MI
GORRIÓN/A Pablo Rueda [48]
¡Qué
día tan bello!
Tupidos
pinos guardan tu olor
y
mi gorrioncillo de dorado pecho
espera
de a poco mi amor.
Trina
el pequeño sobre un altar
convertido
en rama de verde color,
y
entre tus alas salud has de dar
a
un tío que lleva doloroso mal.
Y
mi niño canta como aquélla vez
con
el morral pequeño que lleva al jardín,
entonando
versos los veo salir
con
dulces sonrisas y olor a jazmín.
Entrega
la madre su tierna oración
que
la luz del día le ha brindado hoy
al
muchacho que también danzaba
y
su vida dio por verle mejor.
Ya
vendrá otro día, ese anhelado mañana,
que
entre sombras oscuras de un ayer,
dibuja
un espejo de diamantinas aguas
donde
a mis muchachos veo crecer.
Y
en la sombra de un verdoso pino
veo
un nido de plumas asomando a la aurora,
escucho
leves suspiros de aliento y de vida,
admiro
una cascada naciendo en un cerro
anunciando
otro día lleno de esplendor.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
julio 24/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario