PALABRITAS
[132]
Dichoso
quien no cambia en la riqueza
y
se mantiene humilde siempre.
Bello
quien conoce de Dios,
y
no pretende decir que el suyo es mejor.
Dichoso
quien en la abundancia comparte
y
también lo hace en la pobreza.
Mágico
Él, quien me regala un sueño cada segundo
y
me permite mover los dedos para plasmar una letra
que
ya había sido donada.
Es
la felicidad para los humildes
como
las flores para las madres.
La
bendición de un padre
es
como la voz de Dios en sus labios.
Y
aquí, creyendo ser un ave en el desierto,
busco
el oasis donde anidan gorriones
y
se elevan los sueños del navegante.
Dejo
que surque mi pequeña barca,
le
permito ser porque tengo un Jefe
y
a Él, solo a Él doblo mis rodillas
y
dispongo mi alma.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 6/13
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