ELISA
[115]
Hoy
desaparece la piel de una anciana
bajo
un lecho de rosas blancas.
Siempre
será recordado quien sembró tanto
y
nunca esperó recompensa.
Su
rostro de niña feliz
a
pesar de cables y puñales,
deja
en el huerto de su hogar
una
fragancia añeja, vida de trabajos
calidez
en el corazón,
de
quienes le conocieron.
Marcha
feliz, estoy segura…
Un
dolor agudo será cantar de cigarras.
Sus
lágrimas,
rocío
sobre un huerto en el cielo.
Raquel
Rueda Bohórquez
Barranquilla,
junio 9/13
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