sábado, 1 de junio de 2013

UNA FRUTA (155)


UNA FRUTA (155)



Así cual jugosa fruta te veo,
me arrodillo ante tu boca,
recibo de tus mieles, muerdo de ellas,

cierro los ojos ante agridulce sabor
para devorarte poco a poco.

Excavo entre tu carnosa piel
para darme cuenta que tus delicias
son pequeñas estrellas doradas
que de a poco se desvanecen,
dejándome hambrienta de más.

Explotan pequeñas lágrimas,
sólo queda el amargo de la semilla
que como mies se esconde dentro de mí
para renacer en una esperanza.

Eres una fruta madura,
desgajo de a poco tú vida en la mía.

Quedarán los desechos para el tiempo,
para un huerto donde brotarán otros pensamientos
mientras ansío probarte de nuevo, y dejarte ser,
dentro de la humedad de mi lengua.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, junio 1/13



No hay comentarios:

Publicar un comentario