UN DÍA COMO HOY (178)
Un día como hoy, fue su último día con nosotros…
¡Así es la vida!, tanto nos empeñamos en amar, tan felices parecemos a ratos, pero sólo somos almas tristes que pasamos por acá o allá, y en medio de toda ésta arrogancia que nos toma a ratos, nos olvidamos de Dios.
Hemos reído hasta agotarnos, de los demás. Me he dedicado ahora, a buscar en la palabra un poco de consuelo, y encuentro en Jeremías 5, algo tan sencillo que sólo me permite decir que es en esa luz divina, en donde debo poner mis ojos, pues el hombre está lleno de maldad y ella rebota disfrazada de tantas cosas, que pareciera que es más grande el dolor que la alegría.
Un milagro nos sorprende cuando su mano invisible nos permite descubrir la falsedad, y a cada paso, también la maldad rodea éste universo de letras, donde a veces entregamos el alma.
“Recorran las calles de Jerusalén, miren bien, busquen por las plazas, a ver si encuentran a alguien que actúe con justicia, que quisiera ser sincero.
Si lo encuentran, perdonaré a Jerusalén. Hay quienes juran por la vida del Señor, pero juran en falso. Jeremías 5"
Y digo: hay otros que ponen a Dios por debajo de todo, y no sienten temor de Él, pasamos actuando mal, y cuando nos azota la brisa sólo preguntamos: ¿Qué hice?
El Rincón del Vago se antojó de buscar en Dios, en hacer una invitación a todos para que volteemos el rostro hacia la verdad, desechando la mentira de nuestro corazón, para vivir a nuestro antojo, y decir que Dios no existe porque me creo más que Él, porque mi soberbia y arrogancia no me permite pedir un perdón, cuando tenemos a un universo y un tiempo escaso para hacerlo.
Por ti mi muchachito, hoy era tu último día de vida, no te vi, no te pude abrazar, no pude decir: “te quiero”, porque nos sorprende la muerte cuando estamos más confiados y felices.
Cada minuto de vida es un regalo de Dios, y muchos dicen que Él no castiga porque es sólo amor, pero sí reprende, para que enmudezcamos un segundo, y busquemos el real camino de vida, que nos conduzca a ser mejores seres humanos cada día.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo2/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario