SUEÑOS (114)
Anoche, soñé que retornabas
y las rosas hablaron por ti.
Un colibrí se entretenía,
una sonrisa leve,
tus manos sembradoras;
tus ojos amantes,
tu boca, regalo de Dios.
Y al despertar no estabas...
Escuché un trino en mi jardín,
muy temprano, igual que cierto día
en que de alas doradas,
descalzo le vi partir.
Sobre la mesa una rosa blanca,
un dolor nuevo cada día...
Te pido madre de mis amores
nos ayudes a pasarla bien,
con los tragos amargos de la vida,
y con las dulces mieles también.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 11/13
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