viernes, 10 de mayo de 2013

RECUERDOS (122)

Mis padres en Bucaramanga, él se recuperaba de un terrible accidente.


RECUERDOS (122)

Sí,  leves recuerdos de un ruido en la alcoba,

Apagados sonidos, ¡silencio!, /¡los niños!…

Calla, suave que el viento nos delata
Y las sombras buscan entre pequeños hilos
Una luz, tal vez un candelabro entre el resquicio
Donde la madera destapó nuestros amores.

Apaga tu sed de amor, amado mío…
Bajo la ruana tal vez, bajo la cobija de lana,
Y siénteme el abultado vientre que tiene tu color
Naciendo antes de primavera, tal vez en julio,
Donde las niñas estarán pendientes
De regalar miles de arrullos.

Y pasan de nuevo las sombras… ¡Shhhh…! ¡no hagas ruido!...
Apaga la luz del candelabro y cubre tu cuerpo con el mío
Pero que ellos no vean cómo nos amamos,
Que sientan que algo se mueve dentro de nosotros
Y se pregunten, ¿cómo?, ¿cuándo?...

Mi esposo, luz en mis días de oscuridad,
Amante viejo mío que no se cansó de amar
Ahora contigo para siempre, por una eternidad.

Silencio… llegan los viejos niños de visita
¿O no?... tal vez hoy no pudieron regresar;
Mañana estarán todos aquí,
Traerán tantas flores blancas,
Que al fin nuestro amor se descubrirá.

Y en el ocaso, cuando las sombras nos delaten;
Caminantes seremos en este verde espacio.

Vigilantes estarán a cada paso
Y vendrán, de vez en cuando,
Para saber si aún brotan flores en el campo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 10/13

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