MI POTRILLO (129)
De nuevo mi potro salvaje;
su fuerza viene del interior,
sus pasos ligeros son el huracán;
su voz, un arrullo tímido
igual al cantar del agua
al llorar de su manantial.
al llorar de su manantial.
Mi potrillo hermoso... ¡mi niño!
Volando entre blanca espuma
el cielo será un nido;
el alma retoza libre
se oculta, se aleja, regresa...
Y el pensamiento traerá tu voz
que se quedó en el recuerdo
de tu preciosa estampa,
colgada de un oxidado clavo
en mi pared.
Raquel Rueda Bohórquez
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