GOLONDRINA [2]
Sobre su nido, la golondrina,
con el corazón lleno de contento,
escucha el son que trae el viento
para de allí tomar el sustento.
Y como un rayo veloz la veo,
me admiro de tan pequeña imagen
con tantas crías que nada le detiene;
abre sus alas surcando el cielo
para tomar lo que le conviene.
Entre su pico miles de veces
va y viene como ángel manso,
llena los vientres de sus amores,
trina de regocijo entre sus flores,
y al fin, ante sus silencios,
se da un descanso...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, mayo 31/13
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