ÁGUILA (43)
Ni una mentira buscaré...
En mi nido quedará el alma de las aves, los peces...
Los inocentes que nacieron para consolar mi cuerpo
y llenar de contento el pico de mi hijos.
Cruzaré sin miedo sobre el mar...
Nadie me dañará, pues mi fe me conduce,
el poder de una fuerza invisible me sostiene
y un cantar me llama desde los cerros.
¡Aquí voy amor mío!...
Espera el poder de este sentimiento
tan herido y humillado,
donde la mentira hizo nido en el alma
y quebró mi corazón,
para que en otros,
su brillo resaltara.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla,
mayo 23/13
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