DE
FRANCIA [65]
Siempre imaginé
que las cosas más bellas
venían de Francia.
que las cosas más bellas
venían de Francia.
Una novela iniciaba allí
en esos jardines primorosos.
en esos jardines primorosos.
El rico era de ese sitio,
y llegaba siempre en un caballo blanco
y llegaba siempre en un caballo blanco
con su cabellera larga y hermosa,
haciendo cariños a la brisa.
haciendo cariños a la brisa.
Siempre creí que todo lo blanco
venía de Francia…
venía de Francia…
Los tulipanes vestidos de novia,
los galanes más bellos,
los galanes más bellos,
los barcos que nadaban
entre flores de colores
entre flores de colores
y el cielo era diferente allí;
la luna más luminosa y bella
el sol era su amante sincero,
que nada ocultaba.
la luna más luminosa y bella
el sol era su amante sincero,
que nada ocultaba.
En Francia nadaron mis sueños
y también volaron…
y también volaron…
De allí era un novio,
uno de los pocos que nunca fueron,
uno de los pocos que nunca fueron,
su nombre era Pierre,
el de las mariposas azules
el de las mariposas azules
el de los poemas arrodillado,
y los divinos versos a la madre…
y los divinos versos a la madre…
¡Qué bello cuando todo era venido de Francia!
Eran mis ojos más brillantes que ahora...
Mis suspiros más ardientes que las dunas,
mi cuerpo más tembloroso que las palmeras
si los besos del mar se antojaban de ellas.
En aquellos tiempos
si todo llegaba de allí,
era más bello.
si todo llegaba de allí,
era más bello.
Los poemas, la música,
los castillos adornados de hiedra.
los castillos adornados de hiedra.
Las montañas de allá
eran más hermosas que las nuestras,
eran más hermosas que las nuestras,
y un cantor en la ventana siempre se soñaba,
¡pero que fuera de Francia!...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 19/13
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