JUVENTUD [39]
¡Cuánto diera por tener sus años,
la belleza de sus pieles limpias y claras,
sus carcajadas libres y sonoras
pareciendo golondrinas en el viento,
cantando cual diosas de los mares!
¡Cuánto diera por regresar el tiempo,
por tenerte, y que fueras la piedra en mi camino,
que tus manos me hubiesen levantado,
que tus ojos me hubiesen mirado
y saberme una contigo!
¡Cuánto diera por sus pieles de seda
por sus divinos labios!
¡Cuánto diera por tener sus años,
la belleza de sus pieles limpias y claras,
sus carcajadas libres y sonoras
pareciendo golondrinas en el viento,
cantando cual diosas de los mares!
¡Cuánto diera por regresar el tiempo,
por tenerte, y que fueras la piedra en mi camino,
que tus manos me hubiesen levantado,
que tus ojos me hubiesen mirado
y saberme una contigo!
¡Cuánto diera por sus pieles de seda
por sus divinos labios!
Pero retornan las primaveras
con sonoras lágrimas,
y de a poco, muero...
Parezco
hoja seca
Corriendo
al son de la lluvia
En
medio de polvorientas tejas.
Raquel Rueda Bohórquez
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