SE
FUE MI BARCA [77]
Ha marchado nuestra barca;
esperaré
sobre la misma roca mi turno.
Llegará antes de primavera, otoño, verano;
espero me encuentre dormida,
sin
dolor ni pena.
El brillo del mar recuerda
que
debo dejar una lámpara encendida
por si es sorda y no escucha lo que anhelo,
"no dolor, no sufrimiento, no manos heridas
no
dagas en el pecho”.
Pero si lo olvida, quiero que sea veloz cual un rayo
rápido como la corriente interior de mi corazón,
que me halle feliz, cual mariposa al abrir su capullo...
Al fin mi retorno lo contaría en otro tiempo
en otro vientre, en otras playas azules.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, marzo/13
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