miércoles, 7 de noviembre de 2012

VANIDAD

Foto: INDÍGENAS ARHUACOS, SIERRA NEVADA DE SANTA MARTHA... RÍO BURITACA, COLOMBIA.



..  HERMOSOS COMO UN AMANECER LIMPIO Y FRESCO, CON SUS MIRADAS INOCENTES, SILENCIOSOS Y HAMBRIENTOS, SOLICITANDO UNA MIRADA HACIA SU TERRITORIO EN BUSCA DE AYUDA... NO DE LÁSTIMA... PUES ES SU TIERRA SANTA QUE HA SIDO USURPADA POR NOSOTROS..., HASTA SUS ARTESANÍAS SE EXHIBEN COMO AJENAS...
Fotografìa: Colecciòn Raquel Rueda Bohòrquez. Arhuacos-Colombia



VANIDAD

Se vistió de colores vanidad
No camina… vuela…
Sus tonterías grita a los pobres
Sus joyas luce ante ellos y se siente grande

Pero tiene vacío el corazón.

Quien la ve sólo atina a sonreír 
Pero no sabe vanidad que todo es perdido
Ni la belleza, ni el candor ni la humildad
Todo morirá con la sombra visitante
Para vivir puede ser una eternidad.

Creo que tal vez haya un mañana
Donde vanidad se desnude y vuele hacia la verdad
Comprenderá que los brillos no son fortuna
Ni el traje que viste nuestra desnudez grandeza.

Nadie ve a la brisa, pero se siente… nos da vida…
Nadie ve el calor del sol pero abriga…
Nadie ve a Dios pero una flor perfumada tiene su voz
Nadie ve a mi madre pero en su regazo estoy,
Cuando en las noches resucito a una nueva vida
Cerrando los ojos a un sueño nuevo,
Y despertando con la luz matutina en mi ventana.

Se pasea vanidad y la sombra la persigue
Le dice que se desnude de aquello que no sirve
Que abrace una lámpara encendida en el corazón
Para que la verdad le anime a pisar tierra firme,
A despertar de ese sueño vano como el amor a lo perdido
Ya que no poseemos ni el traje de nuestra piel
Ni los huesos, que como ramas fuertes nos sostienen.

A lo lejos se escuchan carcajadas de hiena
Se desviste el sol entre los cerros una vez más
Y en la noche la luna pareciera una novia triste
Donde su humildad la hace brillar entre las estrellas
Que parecen lágrimas de mar... heridas por el sol. 

Huye vanidad veloz con su traje de seda
Sus joyas no brillan más que los luceros del atardecer
Y una mariposa aletea ante sus ojos...
Y en un instante muere… sin brillar más. 

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 6/12

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