viernes, 28 de septiembre de 2012

EL CAMINANTE


Pierre, esposo de mi sobrina Liz-Argentina

El CAMINANTE

Se detuvo el caminante un segundo
Era tal el furor de la corriente,
Mágicos sonidos le entregaba 
Y un beso primaveral vistió su rostro de inviernos.

Sobre la senda quedó todo…
Aquí olvidó el dolor, los días que añejaron su existencia
Para divisar un poco más allá de sus propios sueños,
Lo mágico del paisaje, al descubrir un ave nueva en el camino.

La novia se engalanó de fiesta…
Su larga cola como sedas multicolores volaba aprisa
Cuando el mágico sonido de las aguas la inquietaban,
Para morir después cálida y sosegada
Sobre los pies de la cascada.

Levantó el rostro el caminante…
Allí como si de la nada brotara,
Un hilo de colores se extendió, donde las fronteras de sus ojos le alcanzaron
Un nudo en la garganta, ¡qué tiempo he perdido llorando un ayer!
Y al doblar las rodillas… lo salpicó la lluvia de sus propios ojos
Que como un manantial, bajaba desde el cielo.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, septiembre 28/12



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