Fotos privadas. Caballitos de los hermanos Gasca./11.
LA PUERTA DE MI ESTABLO
No sé qué siento hoy...
Es como el arrullo de una paloma en primavera
Como la brisa suave que me abrasa en pleno verano,
Es mi sentir tal vez...
Como la mirada de una madre ausente
Que retornar quisiera.
Hoy es uno de esos días en que levitas...
No sé qué es lo que me sucede,
Que me levanto con lágrimas en los ojos
Y la nostalgia hace nido en la roca débil
Y la caliza se quiebra dentro de mi alma.
Mi establo donde retozan mis potrillos...
¿Será la felicidad que ellos me regalan?
¿Será verlos correr tan aprisa detrás de todo y nada?
¿O la espera ansiosa de recibir un abrazo en las mañanas?
¿O tal vez entregar una bendición anhelante en las noches?
Creo que dejé el falso abierto...
Para que retocen, para que le roben a la vida todos sus encantos...
No temo nada en sus caminos, porque Dios está con ellos
Más si sucediera que el azor los encontrara al descuido
También allí estará la mano prodigiosa del destino...
Creo que tendré que acatar esa orden
Y agachar el rostro sólo ante mi rey y mi jefe verdadero.
Allá sobre la pradera, extendidos sus ojos como águila libre...
Parecieran tener alas mis potrillos...
Y mis ojos perdidos en sus pisadas, mi alma retozando al viento
Tal vez no a la par de ellos, estoy un poco cansada...
Pero sí con una oración, que me despierta con sus nombres en mis labios.
¡Cómo amo a mis potrillos!
Sin ellos, mi vida sería nada...
Y por ellos... Me motivo a existir, a sentir, a cantar...
Danzando como una niña vieja con la falda raída
Aprendiendo de un libro negro la lección...
¡Qué bueno es levantar la mirada airosa!
Saber que a nadie he dañado...
Pero no comprendo a ratos el porqué de mis tristezas
Si ellas han de morir cuando amanece el día
Al verlos correr tras la puerta abierta...
Y verlos llegar con sus divinas miradas...
Raquel Rueda Bohórquez
Que retornar quisiera.
Hoy es uno de esos días en que levitas...
No sé qué es lo que me sucede,
Que me levanto con lágrimas en los ojos
Y la nostalgia hace nido en la roca débil
Y la caliza se quiebra dentro de mi alma.
Mi establo donde retozan mis potrillos...
¿Será la felicidad que ellos me regalan?
¿Será verlos correr tan aprisa detrás de todo y nada?
¿O la espera ansiosa de recibir un abrazo en las mañanas?
¿O tal vez entregar una bendición anhelante en las noches?
Creo que dejé el falso abierto...
Para que retocen, para que le roben a la vida todos sus encantos...
No temo nada en sus caminos, porque Dios está con ellos
Más si sucediera que el azor los encontrara al descuido
También allí estará la mano prodigiosa del destino...
Creo que tendré que acatar esa orden
Y agachar el rostro sólo ante mi rey y mi jefe verdadero.
Allá sobre la pradera, extendidos sus ojos como águila libre...
Parecieran tener alas mis potrillos...
Y mis ojos perdidos en sus pisadas, mi alma retozando al viento
Tal vez no a la par de ellos, estoy un poco cansada...
Pero sí con una oración, que me despierta con sus nombres en mis labios.
¡Cómo amo a mis potrillos!
Sin ellos, mi vida sería nada...
Y por ellos... Me motivo a existir, a sentir, a cantar...
Danzando como una niña vieja con la falda raída
Aprendiendo de un libro negro la lección...
¡Qué bueno es levantar la mirada airosa!
Saber que a nadie he dañado...
Pero no comprendo a ratos el porqué de mis tristezas
Si ellas han de morir cuando amanece el día
Al verlos correr tras la puerta abierta...
Y verlos llegar con sus divinas miradas...
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 9/12
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