PIEL
Huele mi alcoba a duraznos maduros
mi piel poco acariciada espera la tuya
y me desvanezco entre tus ojos
tan ausentes como tus manos.
Mis labios tienen la sensación de un "te quiero"
marchito flota en el aire sin respuesta
y tu pincel de a poco se desliza
tus ojos lejanos de los míos sólo pasan
una caricia llena de miel oscura rueda
imaginando que eres tú
perdido en el limonar de mis pechos.
Parezco una enredadera que flotara
humedezco mis labios y creo que son los tuyos
tu lengua en la mía parece un caramelo
se derribe en mi boca mientras te esfumas.
Sigue el pintor en detalle la palmera
se torna en guitarra que ya no suena
y un violín parece que llora
sobre una barca de seda que solo navega.
El detalle de tu firma, mi huella...
avanzas a paso lento, parece que me tomaras
y con un suspiro adviertes: ¡está terminada!
sobre una pared cualquiera, me abandonas a otras miradas
donde sólo piel imaginada, parece que fuera.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 27/12
Huele mi alcoba a duraznos maduros
mi piel poco acariciada espera la tuya
y me desvanezco entre tus ojos
tan ausentes como tus manos.
Mis labios tienen la sensación de un "te quiero"
marchito flota en el aire sin respuesta
y tu pincel de a poco se desliza
tus ojos lejanos de los míos sólo pasan
una caricia llena de miel oscura rueda
imaginando que eres tú
perdido en el limonar de mis pechos.
Parezco una enredadera que flotara
humedezco mis labios y creo que son los tuyos
tu lengua en la mía parece un caramelo
se derribe en mi boca mientras te esfumas.
Sigue el pintor en detalle la palmera
se torna en guitarra que ya no suena
y un violín parece que llora
sobre una barca de seda que solo navega.
El detalle de tu firma, mi huella...
avanzas a paso lento, parece que me tomaras
y con un suspiro adviertes: ¡está terminada!
sobre una pared cualquiera, me abandonas a otras miradas
donde sólo piel imaginada, parece que fuera.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 27/12
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