COMO UN PEZ
Tus aguas señor diviso claras
eres mi consuelo en dias inciertos
me cercan los buitres, el dolor aqueja
me abruman los días cuando no llegas.
Navego en tus aguas día y noche
busco el refugio en otros brazos
el sueño no aparece mi corazón se acobarda
levanto las manos y al mirar al cielo te encuentro.
Se agitan las aguas, el peligro acecha
viene una gran ola y lo disuelve todo
correteo y me pierdo, busco tu auxilio
y pareciera que en una gran fosa se perdiera todo.
Ven mi Dios, mi ángel de consuelo
aquí sobre mis rodillas un manantial espera
la lluvia de mis ojos parece se ha secado
y sobre mis manos un salmo reposa.
Acaricio con mis ojos su retrato...
la seda de sus cabellos blancos como hilos de plata
sus ojos como el verde tierno de los olivares
su boca, como el arrullo de paloma entre los rosales.
Aquí sobre el mismo huerto vacío de amores
una sonrisa a medias un cántaro reseco
tomo una cerilla para encender de nuevo un cirio
busco aquél libro que nos llena de consuelo.
Dame a beber de tu paz que es mi anhelo
mientras unos lloran, me lleno de desconsuelo
en un cajón de cedro marchó una doncella
que de su dolor hoy halló consuelo.
El mástil de madera reposa tranquilo
pero de sus llagas el aroma a vino añejo
será invierno hoy, mañana primavera
y todas las rosas rojas se tornarán pálidas
todas las flores blancas cubrirán a la doncella.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 25/12
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