SOBRE LAS OLAS
Ahí estaban de nuevo las gaviotas
La mar tranquila, el cielo copiándose de mar;
Y en el espejo de mis sábanas extendidas
Tu boca… sedienta de besos perdidos
Mis ojos cerrados queriendo olvidar.
Encontré propicios los colores
El naranja se adornó de rojos
El arenal arropado con las olas
Mi cuerpo… sostenido con el tuyo.
Imaginé el sol en el ocaso…
Tu talle en el mío de cortesana vestida
Y el lirio del valle se enardeció
Y el fuego… se lo llevó el olvido.
Ya sin poder imaginar más…
Dejé caer la hipocresía de mi vida
No más mentira que tiña mi corazón de pesares
No más recuerdos tallados en el alma…
No más llanto abrazada a mi almohada
Ni añoranzas que se llevó la indiferencia.
Entonces recordé que había mucho por hacer
Organizar lo que otro abandonó…
Al cristal sobre la mesa… agua fresca, y una flor
El libro negro tan olvidado…
Para iniciar de nuevo mi función.
Y estiré los brazos y olvidé el ayer…
La quinceañera de muchos años marchó
Una tibia enredadera trepaba por mi árbol
Y un ruiseñor… de nuevo trinó.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 11/12
Ahí estaban de nuevo las gaviotas
La mar tranquila, el cielo copiándose de mar;
Y en el espejo de mis sábanas extendidas
Tu boca… sedienta de besos perdidos
Mis ojos cerrados queriendo olvidar.
Encontré propicios los colores
El naranja se adornó de rojos
El arenal arropado con las olas
Mi cuerpo… sostenido con el tuyo.
Imaginé el sol en el ocaso…
Tu talle en el mío de cortesana vestida
Y el lirio del valle se enardeció
Y el fuego… se lo llevó el olvido.
Ya sin poder imaginar más…
Dejé caer la hipocresía de mi vida
No más mentira que tiña mi corazón de pesares
No más recuerdos tallados en el alma…
No más llanto abrazada a mi almohada
Ni añoranzas que se llevó la indiferencia.
Entonces recordé que había mucho por hacer
Organizar lo que otro abandonó…
Al cristal sobre la mesa… agua fresca, y una flor
El libro negro tan olvidado…
Para iniciar de nuevo mi función.
Y estiré los brazos y olvidé el ayer…
La quinceañera de muchos años marchó
Una tibia enredadera trepaba por mi árbol
Y un ruiseñor… de nuevo trinó.
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 11/12
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