sábado, 26 de noviembre de 2011

QUE LLOREN LOS ENCINOS (12)


Marly Carolina Cepeda Rueda (Alemania).

QUÉ LLOREN LOS ENCINOS (12)

¡Deja que lloren los encinos!

Observen todos en silencio, impávidos...
¡Mírenlos!, están callados, sólo vástagos al viento
donde el orín y el estiércol los corroe...
¡Que nadie se avergüence, que a nadie duela!

Míralos, ayer frondas hermosas fueron.
Ahora son pisoteados, arrancados con el vicio de la muerte
que destruyó sus alas verdes al viento 
y a los enamorados que allí anidaban.

¿Qué sentido suele tener nuestra existencia?...
¿Qué valor puede tener el ansia?
Vano poder, inquisidor resuello
donde respirar nos cuesta el alma.

Déjalos morir ante tus ojos...
¿A quién importará si mañana no existen?
Déjalos rodar desde los grandes cerros,
ahí la deshonra fabrica la miseria.

Reverdecen pastizales,
el ganado engorda y la muerte se avecina.
Chorros de sangre revientan por sus venas,
malicia, terror, espanto y ruina...

Déjame llorar sentada en un viejo roble,
ayer un nombre de amor fue tallado,
he de gemir al mástil de madera 
quien todo lo ve y con dolor se inclina.

Déjalos llenar sus arcas con tu muerte
que sólo dos pequeñas tablas cubrirán otrora vida...

Escoria y el tañer triste de campana
sobre una gran torre llorará,
¡más no por tus cenizas!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 26/11


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