sábado, 30 de julio de 2011

DON JOAQUÍN EL COPLERO (219)

DON JOAQUÍN EL COPLERO (219)

de Sheila Smith Anderson, el Lunes, 18 de julio de 2011 a las 0:08

Era nuestro coplero de sábados
un día añorado y deseado,
coplero urbano de sombrerito
pantalón café y camisa a cuadros...

Se llamaba Don Joaquín...
Entre coros y risas de niños locos
lo recibíamos con grandes aplausos,
Domingo era el líder del desorden.
Nos reuníamos todos los de la cuadra,
los hijos de Marujita mi prima,
toda la chusma de mis hermanos,
y yo por supuesto no faltaba,
era una cita obligada y divertida...

¡Don Joaquín el mejor coplero!
¡No hay en el mundo otro como él!,
y el viejo se ponía engreído,
estiraba el cuello, se subía el pantalón
sacaba unos cuántos dulces
que lanzaba por el aire el muy zurrón...

Y decía con su público gritando:
¡Ya, se callan!, porque voy a echar el mío.
Así decía don Joaquín:
Allá arriba en aquél alto,
y allá abajo en aquél cerro,
si no me quieres mirar,
métete en el...

¡Bravooooo don Joaquín
el mejor coplero del mundo,
no ha nacido otro como él!

Y cada vez que iniciaba una copla
ya casi al terminar,
a un aviso de Domingo
y todos empezábamos a gritar:

¡Bravooooo Don Joaquín,
el mejor coplero del mundo,
no  ha nacido en el universo entero
un coplero mejor que él!

¡jajajajaja! y reíamos a carcajadas,
empezábamos por turnos con las coplas,
Domingo iniciaba:

Don Joaquín es un viejo turmas
que no sabe ni coplar
tiene la cabeza llena de piojos
y no sabe parrandiar,

y el viejo replicaba:
Domingo el de los camiones
que se elevan en el cielo,
no sabe sino de amores
y salir por las ventanas.

¡jajajaja!...¡ esa copla no rimaaaa!
don Joaquín no sabe coplar,
callemosle la jeta,
y no lo dejemos más hablar!

¡Yaaaa yaaa! ésta sí es para don Joaco!
Yo soy Joaquín el coplero
soy el coplero mayor,
a mí nadie me gana
pues parezco un ruiseñor!

Y Domingo contestaba:
¡Don Joaquín no se las pique
que usted no copla una mierda,
con las coplas que usted dice,
no hace reír ni a mi suegra!

Y el viejo empezaba
a ponerse ya muy bravo...
Se remangaba la camisa,
se rascaba la cabeza,
amenazaba con una macheta
que pronto sacaría de la bragueta...

Y de nuevo el coro
las carcajadas y Domingo que lo calmaba:
¡Ya Don Joaquín!, ¡pero no se arreche mano!
lo que estamos es jugando,
y con unas cuantas palmadas
el viejito se iba echando...

Y empezaba la función:
¡Bravo! ¡dejemos a don Joaquín,
¡que éste viejo marica si copla bueno!
Este viejo gran huevón...
es lo mejor que ha nacido,
y ningún manirroto y tuerto
coplará mejor que él...

Y  ya preparados todos
al aviso de Domingo
listos pies en polvorosa
sino nos agarra el pingo...

¡jajajaja!... ¡esperen chinos verracos
que yo los pico a machete,
y después que no los cobren
como muy buenos juguetes!

Y arrancábamos a correr
hasta que el viejo se cansaba,
Domingo lo consolaba
con unas cuántas sobadas...

No se preocupe viejito
con éstos chinos jodones,
¡usted es un hombre arrecho!
demuestre que tiene cojones!

El pobre viejo se iba
más aburrido que loca en piscina
y al otro día llegaba
buscándonos donde la vecina:

Vengan ya mis chinos
ya no me embejuco más,
aquí les traigo unos dulces,
llamen también a mamá...

Y la historia repetida
cada sábado a las diez.
El viejo endulzó nuestros días
y nosotros los de él.

Raquel Rueda Bohórquez 
Barrnaquilla, julio  17/11


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