domingo, 31 de julio de 2011

DESCUBRÍ (111)/A Sofía

DESCUBRÍ (111)/A Sofía


Descubrí que somos seres únicos, maravillosos, 
llevamos una joya encapsulada e invisible,
su interior está lleno, cual cofre que guarda gemas 
y al reventar la vida desnuda y tímida
se llena de tornasol y hermosura.

Somos el espejo de otros,
las palabras de quien no las puede pronunciar,
los ojos de aquéllos que nos regalan la magia de la música
y pintan diseños en la oscuridad de sus miradas,
nos muestran realidades que nos sorprenden
ante nuestra propia historia.

Hoy descubrí a una persona maravillosa ,
¡tú mismo! , único e irrepetible con cada peca,
cada lunar, cualidad o defecto.

Dios es verdadero
me hace guiños si me veo al espejo:
¡soy linda!...¡soy hermoso! 
el mejor regalo que tengo para abrir.

¡Gracias vida por éste segundo
por este instante que no puedo repetir.
No hay otro diseño como el mío
 ni otro regalo más perfecto para mí,
ni otro segundo igual al que pasó
ni al que vendrá.

¡Gracias manos que pintan corazones!
Alma que se ablanda cual temblorosa gelatina
y llega hasta la boca hambrienta y sedienta de otros.

No correré más como solía hacerlo,
 me tomaré un momento de mis afanes,
llegaré hasta un cerro solitario o sobre una gran piedra húmeda,
contemplaré detenidamente las azules olas irrepetibles
que pernoctan en las playas tranquilas de tu corazón
y  se vuelven tibias por un nuevo sol resplandeciente,
que me anima y alienta a seguir, hasta que Él me susurre:

"Tranquila, no más... el afán terminó...
Llegaste al océano de un tiempo que no tiene fin".

Raquel Rueda Bohórquez 
Barranquilla, mayo  5/11


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