martes, 21 de abril de 2015

LUCÍA [29]

LUCÍA [29]

Así se llamó la ternera
la más flacucha y en sospecha
de que al otro día no amaneciera.

¡Miren!, tiene bonitos ojos,
¡ay Dios!, sus patitas parecen de grillo
y su cabello sedoso como el de un mono.

Tallaremos su pie en un árbol
¿cómo se llamaba?,
recuerdo que sus pepitas eran dulces
¿serían arrayanes?

Una y otra vez, para que metiera el ombligo
que a pesar de todo la mantuvo en sostén.

Lucía parecía potrillo,
corría y saltaba por entre los prados
y mamá la veía con tal dulzura,
que no se creció en estatura,
pero fueron grandes sus manos
que pintaron historias que triunfaron
con firmas ajenas.

Se casó Lucía  con un toro manso
y a los pocos años buscó otro remanso
dejando a la niña berreando, berreando...

Pero todo pasa como un río violento,
se van los amores,
se los lleva el viento
y trae otros aromas
para nuestro contento.

¡Qué hermosa vaquita!
¡Qué bonitos terneros!
¡Qué justa es la vida!

A quienes nos roban la sonrisa
se les aplaude, y todo parece pródigo,
pero espera un poco,
mañana, si regresa ese día,
con otra historia también reiremos.

¿No es así Lucía?

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 21/15
Publicado por Raquel Rueda Bohórquez en 13:16


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