lunes, 27 de junio de 2016

EN LA TARDE (8)

EN LA TARDE (8)

A lo lejos, cruzando un puente,
En donde los árboles intentan una enramada
 Y la vida tiene sonido a pájaro volando,
Ahí vivía el canario más dulce que he conocido;
Su mirada era un canto al amor.


En la tarde los pájaros silencian y queda el ruido de la brisa al besar las hojas, los grillos enmudecen, las nubes se alargan, se dispersan, y los colores se izan con majestad.

Fue en una tarde así en que un canario voló sin darse cuenta de lo inmensas de sus alas, hubo angustia de momento, nada comprendió; no sabía la razón ni el motivo de ese segundo en que la vida se fue en medio de una tarde soleada.

Es la tarde más hermosa de todas porque pudo ver lo que no hemos visto, y cantar lo que aún no hemos cantado.

En esa tarde una bandada pasó por mis ojos, parecían azules a la distancia y se perdieron, se conjugaron con el ponto en medio de un aguacero que ocultó todas esas lágrimas que como rosarios pálidos caían y caían.

Y ahí en medio de ese ruido feliz, el dorado del canario se conjugó con el arco iris que sale a veces a eso de las 3 pm. en ciertos días de poca lluvia y abundante sol.

En la tarde se fue la esperanza de muchos, más su recuerdo sigue cantando en cada árbol de esquina, junto al puente, en la veredita de mi corazón que jamás le olvida.

Ese día perfumó más el ambiente, parecía que el alma moría; más cada día hay un atardecer, y cada segundo un dorado que va y viene, y en medio de brisas marinas que se juntan con el Magdalena, ahí te vemos.

Raquel Rueda Bohórquez

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