jueves, 2 de junio de 2016

ESE DÍA (52) (A)

ESE DÍA (52) (A)

Ese día también estaba viendo
Una libélula que cruzó por mi estancia y le dije:

¡Ey libélula!,
¡Esta es la casa que debes visitar!

Estaba llorando,
Pero ella siguió volando y volando,
Pero no me canso de esperar.

Luego dormí,
Fue como si un ave tocara mis ojos,
Y nos convertimos en música entre el viento,
En alas de cristal...

Raquel Rueda Bohórquez
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PENUMBRAS (53)

PENUMBRAS (53)

Fue una carrera buscando el amor.
No fue capaz de sostener la espiga de la verdad
Y la traición ocupó el trono.

No importaron
Las flores sembradas
En medio de su trigal,
Ni le interesó la lluvia
Que sus días refrescó.

Con sus mañas
Arrancó de tajo el árbol con su raíz
Y dejó el hueco,
A donde escondería sus pecados...

Fui parte de sus pensamientos oscuros
Y temí a las noches.

La soledad era el peor castigo,
Los árboles en su vaivén
Formaban demonios imaginarios
Que hasta olían a cabro viejo.

Fue una carrera buscando el amor,
Pero lo mataba;
¡Mataba a la flor con sus dedos!...

Raquel Rueda Bohórquez
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EN SUEÑOS (54)

EN SUEÑOS (54)

Y al despertar me di cuenta que soñaba;
Que las alas de un cóndor eran mi cobija.

Lo vi a Él, los vi a todos,
Me dijo que no hay sueño imposible,
Porque al cerrar los ojos, todos volamos...

Creí ser parte de tu cometa,
De los poemas que imagino son para mí.
A veces pienso que sí,
Que no puedo desconfiar tanto de la vida,
Que nos inventamos una caja de sueños
Y ahí nos escribimos cada historia;
Esas ilusiones que nos hicieron caminar senderos espinosos
Y poco a poco dejamos en el camino,
Para que la carga sea liviana.

En el sueño vi tu rostro;
Me gustaron tus ojos negros
Y tus manos deslizándose por la plastilina,
Formando figuras y armando historias
Que se quedan atrapadas en todas las obras
Que tienen un poco de ti;

Guardan el sudor y el hambre de seguir viviendo,
De continuar caminando hojas secas,
De seguir pintando cada brizna blanquecina
Que se amontona sobre los árboles desnudos,
 Y sigues caminando…

No importa que nos ahoguemos de frío,
Para contar al mundo que por ahí pasó tu vida
Y tus huellas despejaron dudas en otros,
Que corrigieron senderos
Para no cometer los mismos errores
Que el destino nos marca.

¡Pero es una gran mentira!
Está escrito el libro de la vida de cada uno,
No podemos dar marcha atrás a lo que está por suceder;
Nadie puede cambiar su historia,
Ni siquiera por un presentimiento.
Lo que es, será, y lo que fue, era.

Al despertar, me di cuenta que seguía durmiendo,
Pero en el sueño eran tus mismos ojos y boca;
Tal presentimiento me invitaba a dormir de nuevo,
Para que fueras al fin
Una realidad dentro de mis ensueños.

Raquel Rueda Bohórquez
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TANTO ARDOR (55) (R)

TANTO ARDOR (55) (R)

Así fue, ¡solo mentira!
El ardor pasó a quemar,
Pero lo falso relució;
Parecía el espejo
De la carcajada,
Y el eco de la cobardía.

Se fue sin decir adiós
Y vistió de blanco el altar
Con una novia que no era yo.

Pero la vida no escoge,
Ella nos señala y nos camina.
Parece un comején que se alarga
Para llegar a la profundidad de la casa
De ese lugar en que el alma se dobla
Para orar y esperar.

Hace muchos inviernos, ¿cuántos?
Hoy es un otoño más,
Con menos hojas y más pesares;
Pero la vida se da y nada importa lo demás.

Las espinas se fueron
Y quedaron las rosas rojas
Con el mismo amor
Servido sobre la mesa.

Después del otoño, ¿qué viene?...

Raquel Rueda Bohórquez
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EL ALMA (56) (A)

EL ALMA (56) (A)

No quise adivinar qué dicen del alma
Porque imagino que es el sitio,
Ese lugar donde se fabrica el aroma.

Es la alcoba de la mariposa,
El orillo del mar y la esquina del árbol.

El alma ha de ser las alas
Que hacen mover al viento,
Lo que empuja a las nubes
Y las hace llover.

Puede ser el sitio donde nace el polen.
El lugar en donde la abeja se entretiene
Y en este descuido se llena de oro
Para llevar al colmenar.

El alma es la madre del hormiguero,
El nido donde se crece la vida,
La reina de todo lugar, ¡grande y hermosa!

La madre del mundo que nos habita
En cualquier lugar,
Siendo oruga que se arrastra
O mariposa que baila en un altar.

Raquel Rueda Bohórquez
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EL RINCÓN (57)

En un rincón del caney,
Ese era el sitio preferido
Para alimentar a los pollos; 
La cazuela se llenaba de oro puro,
De magníficos tesoros
Que se lanzaban al aire...


EL RINCÓN (57)

En ese rincón de los juguetes;
En que las manos se movían con alegría
Dejando trocitos de oro
A quienes con amor los recibían…

Fue en ese palacio de tierra
En que la vida transcurrió
Y los años pasaron lentamente,
Sin darnos cuenta del payasito perdido
Que en la distancia se quedó.

En este lugar se creció el estómago,
Se torció el cuello al pollo cantor
Y a la gallina que tanto amor nos dio.

Para este rincón jamás llegará el olvido
Porque la niñez siempre tuvo un abrigo
Y sus manos se desgranaban;

¡Parecían mazorcas morenas!
Semejaban el oro en una paila
Que se volvía chicha y aroma,
Felicidad al fin...

Raquel Rueda Bohórquez
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