sábado, 21 de mayo de 2016

SI OTRO DÍA (22)

SI OTRO DÍA (22)

¡Si otro día en tu sonrisa se pintara la mía!
Si otra mañana entre tus manos de anciana;
Si otro segundo tus ojos de pasto tierno
Tocaran con su amor mi casa...

¡Si otro día los mismos pájaros cantaran!
El mismo sinsonte en su cárcel amada,
El mismo toche enredando tu cabello;
Los mismos dedos entre tu cabeza cana...

Si otro día retornara la lluvia
Con la misma pasión de aquéllas horas,
Y el árbol con su orquesta respondiera
Al viento de mis madrugadas...

¡Si otro día, en una casa vieja nos topáramos
Entre la huerta con olor a cebolla y resedas;
Entre el bosque que bordeaba la quebrada
Y esos mismos frutos, esas mismas palomas
En mi pensamiento anidaran!...

¡Si otro día te pudiera abrazar!
¡Decirte mis te quiero atorados
Y estas lágrimas que fundan un altar
Regaran tus rosales tan amados!

Si otro día volvieras a mi vida
Entre el caudal de amores que se fueron;
¡Nada importaría volver a llorar!
Nada todo lo demás,
Si regresaras luego…


Raquel Rueda Bohórquez
21 5 16





VIDA PERRA (23)



VIDA PERRA/Frank (23)

Frank es un pedacito de cielo que se me prestó; está viejito, es lo que me ha quedado, pero se resiste a morir, es un valiente.

 Todo inició cuando mis hijos nacieron, desde siempre recuerdo un perro en mi hogar, no me privaría ni privaría a mis hijos de su gracia, pero en ésta gracia, terminé con un criadero con muchas razas, grandes, medianos y pequeños, con muy poca ayuda, en esto más de 10 años, y recuerdo a nuestro primer perro su nombre Custodio, un cócker dorado muy bello, pero tuvo mala suerte, estábamos todos en la casa con niños pequeños y él era rebelde y malcriado, hubo muchas manos y muchos gritos, salió herido por andar de callejero, parecía muerto, Juan Carlos se hizo veterinario en un minuto y quería inyectarle agua en las venas dizque para que muriera rápido, por si acaso todavía estaba vivo, a lo cual me negué y todas nos negamos, en cambio empecé a sobarlo a moverle de un lado a otro, no podía creer que estuviera muerto, lo llamaba por su nombre y nada, su mirada estática, y luego que le abrí la boca respiré sobre ella y vi que movió un ojo, esto fue demasiada emoción para tan poco tiempo, lo abracé, ¡mi perrito estás vivo!, lo acaricié por todo lado y al rato, poco a poco empezó a caminar como si nada hubiera pasado. 

Perro mañoso vuelve a comer huevos criollos, y de nuevo buscando en la calle placer, ninguna cadena soportaba, y agotados, lo donamos a una amiga que lo cuidó, era demasiado intenso y rebelde, no aceptaba que le dijéramos que se comiera las pepitas porque la iniciaba con Lucía, él entendía que nos burlábamos de él, ¡pobre perrito!, en mala época llegó a nuestras manos, no sabíamos cómo lidiarlo, lo donamos, nuestra amiga lo quería mucho, pero le duró muy poco, pues aplicaron un veneno en su piel para las garrapatas y terminaron acabando con su vida.

Quedó un sentimiento de culpa, cada vez que recordábamos a los niños probando de su plato y comiendo como él. Era muy gracioso porque siempre veíamos que Anderson estaba encantado con el alimento del perro y la boca llena, entre esto y aquello llega Serbio con otra perrita encantadora, parecía rosada, la llevábamos a peluquería y parecía un peluche, era una poodle miniatura, pero también tenía mañas y nosotros no aprendíamos a educarlos bien, ella no se dejaba educar según nosotros, y pasaba era en la calle, luego de un grito se ponía patas arriba y no había terremoto que la moviera, teníamos que ir a buscarla, sin importar la distancia, nos hacía rabiar porque siempre estábamos corriendo de aquí para allá con el trabajo, los quehaceres, los niños, el colegio, era demasiado para también lidiar con más cuentos y la regalamos a una señora que vivía sola, no sé en qué terminó su historia, imagino que como todos, y este descanso duró una mudanza a la casa de mami que tenía un gran patio, y según ella, ahí tendrían los niños mucho espacio para correr y jugar.

El patio me pareció perfecto para la raza que seguía, los dobermann, amaba a ésta raza y siempre quise tener uno, aquí compramos la parcela con la familia y fuimos a buscar los perros, se compró uno le colocamos Popeye, y me quedé con la perrita que la bauticé como África, odiaba a una mujer que vivía en casa, no sabía la razón, pero cuando ella limpiaba el patio, ella se lo ensuciaba, era un odio mutuo, algo sabía la perrita que no sabía yo, pero algo que encontré me confirmó que las cosas no andaban bien en ciertas cabezas, y el diablo tocó a mi puerta muchas veces, pero Dios y la providencia estuvieron ahí también, el resto es cuento secreto, es historia para el viento, pero sí, todavía me duele el estómago, todavía me arde el corazón, porque sabemos que los rostros tienen sonrisas, pero adentro, muy adentro, los demonios hacen fiestas.

África fue más que una perra, ella cuidaba mi hogar y me protegía siempre, jugaba con mis niños y dormía con ellos, o más bien ellos dormían en su perrera, abrazados como si fuera una buena niñera. 

Una vez en la parcela no me despistaba, ella sabía a quién odiar y sus motivos, sus ojos siempre hablaban y querían conversar conmigo, algunas veces adiviné y le decía a las personas: ella sabe a quién deja entrar aquí, algo le hizo a la perra, o ella ha visto algo para que lo vea de esa manera, en esto el ladrón se fue, ella recibió mucho castigo de la gente mala. Ya en mi casa de nuevo, la perrita quedó en la finca, preñada; parió y la dejaron morir con sus cachorros en medio de una gusanera, mi madre me contó cuando llegó a verla, no les daban el alimento que les dejaba, corrían detrás del camión cuando íbamos de visita, los traía de nuevo a la casa a que se recuperaran de las llagas, pues eran en verdad crueles, los dejaban amarrados al sol para que murieran pero se resistían, luego otra vez y se hacían santos, nada pasaba, pero vi pasar la brisa fuerte que castiga en el camino, luego llegó Orlando, ese día que no quise vivir más un pequeño infierno  y decidí empacar todo y regresar a mi vida,  al otro día fue asesinado por su propio hermano y me quedó el recuerdo de un : “perdóneme por lo que hice, sólo cumplía órdenes”, lo que hacía era arrancar lo que yo sembraba, no era muy importante, pero fue tan noble de pedir perdón a una vieja tonta y resentida, y a éste chico ya lo había perdonado la vida, no era malo, fue una bendición su estadía, porque me colaboraba con los perros y toda esa labor que me impuse, seguro tenía que estar ahí en mi vida, para soportar tanto desaire y rabia ajena, tanto odio y envidia, y en esto corrí, parecía una gacela al viento, de nuevo a casa con todo lo que ahí me esperaba todavía, una gente que me destruyó todo. Me tocó vivir con Myriam mi hermana mayor que siempre ha cobijado a todos, y tomar la decisión de traer conmigo a todos los perros, luego de que vomitaban hojas secas. Aquí fue tenaz, pero al menos estaban cerca de mí para cuidarlos, y que ellos cuidaran de mí.

Perdón por ser como soy, nací con una gran inquietud por la naturaleza, pero en esta carrera me equivoqué muchas veces, pero lo que aprendí de los animales, es que son más fieles y agradecidos que los humanos, y por esta razón los amo demasiado, sus historias caminan en mi pensamiento, lástima que no hubo manos más generosas para colaborar, lástima que todo pasó y que ahora los que están así como Frank, son los últimos suspiros en éste cuento de la jodedera mía con los perros.

Pero si me preguntaran si volvería a lo mismo, diría que sí, porque ver esas camadas y esas miradas, esos amores que dieron tanto por nada, no tiene precio en la vida, ellos no permitieron que enloqueciera.

Raquel Rueda Bohórquez
21 5 16




SOMOS (24) (A)

Freddy, el bebé de mami. 


SOMOS (24) (A)

Somos un hilo de nieve en el tiempo,
La cortina gris que en el cielo despejó al Sol,
Mi mayor motivo,
Estampando su ardor sobre mi jardín.

Es la existencia efímera,
Fugaz como el viento en nuestro pulmón,
Que suena y no podemos ver,
Pero que siempre estará saltando, cantando,
Llorando en cualquier lugar
Aunque muchos no estén
Ni sean vistos por otros,
Ni sean tocados por sus manos.

¿Para dónde se irá la vida después?

Creo que flotaremos
Mientras alguien se ame y nos espere,
Y ahí de nuevo habrá lluvia y sonrisas...

Habrá manos juntándose,
Tetas brotando miel;
Sonajeros de rocío
Cayendo y cayendo
Entre las azaleas,

Para que las aves
Continúen soltando plumas
Y enredando sueños y sueños,
Junto a las hojas del camino.

Raquel Rueda Bohórquez
21 5 16






DESPUÉS DE TODO (25)

DESPUÉS DE TODO (25)

Luego que nadie me amó,
Me quedas tú,
Después de la cortina azul
Que cubre el cielo.

Lo he pensado,
Que jamás moriremos.
En una línea de fuego estaremos
Entre brazos y piernas
Ajustándonos en un beso ardiente;
Y correremos de nuevo
Con el alma parecida a una cometa
A buscar el ombligo del mundo
Para asirnos de él
Y seguir aprendiendo de la vida.

Después de ahora
Sé que estarás en alguna estrella,
En ese rayo de luz que adivino en el sol,
En esas plumas de garza morena,
En ese raro viento frío que me toca
Cuando en ti pienso.

Luego que nadie me amó
Me seguirás quedando
Un metro arriba de todo,
Donde termina el mundo
Pero inicia el ponto
Y las azules nubes se tornan pálidos copos
Que bajan y bajan con hermosura
A cubrir de blancos el bosque.

Jamás te irás porque sigues aquí
Entre los ojos de mis hijos,
En las miradas que te siguen,
En el eterno continuar de la vida
Aquí o allá…

Raquel Rueda Bohórquez
21 5 16