viernes, 20 de mayo de 2016

DE BORRACHOS (26)

DE BORRACHOS (26)

En ese cierto espacio
Entre la vida y la muerte,
En ese milímetro
En que la última gota de lluvia
Se ha secado
Y no hay manera de asimilarlo, 
Ni ánimo para pensar en nada.

Justo en ese segundo lo vi,
Escuché sus pasos de caballo brioso
Que poco a poco temblaron en el piso
En el atrio de la iglesia de Tona.

Fue el instante del error
Y el puñal con saña ensartado
Abriendo las entrañas
Para dejar el horror entre las manos.

Vi cómo en el viento
Su propia flecha
En él se clavó.

Fue al correr veloz…
Pero no hay distancia cierta
Si el infortunio toca a la puerta.

El reloj sonó a eso de las 7 de la noche,
Ya había suficiente borracho y sorna,
Bastantes risas y afanes
Que con la cabeza caliente
Y las manos frías
Nos enviaba a dormir temprano.

¡Sí amigos!, fue al correr,
Al instante de las rosas blancas
Y al momento del clavel,
En que sus ojos se desorbitaron
Entre la angustia de la muerte
Y el desenfreno del río caudaloso
Brotando espumas en el pecho.

Luego de esto, la muchedumbre
Fue un círculo diabólico,
Nada había por hacer;
Sabíamos quién disparó la flecha,
Vimos quién sacó la espada de su vientre
Y el instante del viento
Ajustando el duelo en la carne
Haciendo ecos y muecas al diablo
Que se hizo en los calzones
En medio de ellos.

Fue él quien disparó primero.
Era violento, no debió herir a su amigo,
- ¡Cosas de borrachos!-
¡Pero a este verraco le tocaba de muerto!,
En tanto el otro, viendo tembloroso;
Ajustaba sus tripas a los brazos.

Su cara de inocente no podía con él
Pero su dolor lo acompañaría por siempre.

¡Por andar de ebrios,
Éste par de malparidos
Se jodieron la vida!

Raquel Rueda Bohórquez
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