martes, 17 de noviembre de 2015

ESMERALDA (34)

ESMERALDA (34)

 A ese colibrí que se pegó de mis ojos y me hizo llorar diamantes.

¿Qué afán tiene?
Vuela rauda y feliz,
Es la esmeralda gota de aceite
Buscando una violeta,
Dejando un beso,
Para en un aleteo veloz
Embelesar mis ojos
Acariciando del alba
Toda la hermosura dada
Sin saber siquiera
De su inherente preciosidad.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, 17/11/15



EL CANEY (35)

EL CANEY (35)

En la memoria
Se quedó el caney
Atrapando palomas gordas
Estacionadas en el ayer.

Aquí parieron flores…
Se engordó ganado, /era poco
Mi padre ni buen campesino fue
Porque le encantaba el mundo,
Y tras él se fue a buscar sueños
Más atados
Que un ramo de pastos secos
Que refrescaron nuestro hogar.

Ahí guardaba chivos,
Tenía siempre una cabrita
Y por alguna razón que desconozco,
Siempre se llamó Diana,
Y su cabrito blanco, José.

Cierto día, ni sembrados, ni caminos...
Con aperos a tiro, sin mirar atrás
Se abandonó el campo
Y los sueños siguieron corriendo,
Jamás los alcanzó.

Eso creía yo, ¡tan porfiada!
Había una razón de más,
Éramos 17 hijos su fortuna,
Una mujer de ojos verdes como aceitunas
Y todo ideal, giraba a nuestro alrededor.

¡Qué hermosos sueños!...
Y despertaba con esa gran sonrisa,
Sus ojos negros brillantes, un cigarro
Y una taza de ardiente café
Acariciando su boca.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 17/15


SI NO TE AMARA (36)



SI NO TE AMARA (36)

¡Ay de mí, si no te amara tanto!
¿Qué otro tesoro tendría más valor?

¡Ay de mí que no te dije cuánto te amaba!

¿Ya para qué?...
¿Resucitan las flores que se fueron?
¿Y qué diremos del pasto seco?

Viendo ahora que entre las destruidas hojas
Nacen hongos de colores,
¿Será qué sí?,
¿Qué somos abono para nuestra madre,
Y resucitamos después de un aguacero?

Si es así, ¿para qué entonces me quejo?

¡Es que me haces tanta falta!
No sé a dónde correr…

Si éste nido siempre está vacío sin ti,
¿En qué monte resucitaré para verte?

Si acaso sucede,
Quiero ser capullo en tu rosal,
¡Pero que jamás te hieras
Por mi culpa los dedos!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 17/15



ARAÑA (37)

Araña, aparte de los otros significados, mi madre llamaba a nuestra vagina: "araña", y cuando estábamos mal sentadas nos decía, ojo se les ve la araña, a lo que enseguida nos cubríamos. A esa araña de mi madre, con un óleo que vi en Facebook.

ARAÑA (37)

Animal de montes de María
En donde se arrodilla y borda la vida
Con encajes de carne y rosas florecidas.

Triangulo, copa y vino
Bendiciendo en éste mundo carruseles
Que se van con sus alas heridas.

Araña de carne y hueso,
Mujer trigo y bonanza,
Sin ti no sería ni pan ni organza,
Sin ti ni un suspiro al nacer
Ni otro al morir.

¡Bendita tú entre todas!,
Porque a pesar de tanto dolor
Un mástil se cubre de sábanas rojas
Con niños corriendo y jóvenes muriendo,
Y tú, le sigues pariendo al dolor
Niños llorones con sonrisas de payaso.

Araña tejedora de ruindades y de penas
Pero ante todo, ¡de vida!:
¿En dónde has dejado esa sonrisa?
Se ha ido con tanta guerra
Pero resucita entre gemidos
Un nardo encogido en tu cuna de oro.

Nido que vuelve manso al hombre
Y entre su pasión desborda miel
Que en nuestro corazón se esconde.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 17/15



EN UNA ESQUINA (38)

EN UNA ESQUINA (38)

Y en las bohemias tardes
Cuando el poeta cansado
En su meditar levita,
En esa esquina…

Halla entre la gente
Una sombra, /su sombra
Que a pesar de todo le sigue
Y a pesar de la distancia
Está cerca.

Ahí entre un mundo de ruido
Todo es silencio, está consigo mismo
Tomándose un trago por la vida
Y brindando por lo cercano de la muerte.

Un amargo enreda espinas en su garganta
Y se enrosca una serpiente herida
Que lame sus labios,
Y se bebe su propia boca.

No hay cortes, todo sabe a vino rojo
A espesa montaña que se deslíe
Y ese barro tapa su carne,
¡Y esa tristeza le arropa!...

E aquí que el bardo levanta su copa:
¿¡Quién de todos es macho aquí!?
Ni un puto bandolero asoma sus botas.
Fue él responsable y se pasea tranquilo
Y fue entre charcos negros
Quien nos robó la vida...

¿En dónde estás muchacho coqueto?
Mi único hijo amigo, se perdió…
¡Más era una mentira!
Disfrazaron su carne con tintes verdes y ocres;
Se robaron mi tesoro,
¡Y estoy muerto en vida!

Ahora,
Me contaron que en el valle de los muertos
Hay una flor que se le parece
Y que sólo un poeta borracho
Puede oler de su perfume
Y adivinar de sus pétalos.

¡Aquí está!...
Ha marcado una sonrisa su boca
Pero se han ido sus ojos negros
Sin despedirse siquiera de mí.

Se fueron entre los bosques heridos
Dejando un charco oscuro
Delatando ese ruido de un día
Que ensordeció de un plomazo
Todo lo que más amaba,
¡Y lo único que tenía!...

El bardo se perdió con su mirada,
Todo fue como un sonar de trompeta
Y se fusiló a tragos sobre la mesa.

De ahí fue llevado a casa.
¿Qué le ha sucedido?
¡Es un borracho!, ¡está perdido!...

Y su esposa que acariciaba su rostro
Un beso dejó en su frente
Y lo arropó con su negro vestido.


Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 17/15