viernes, 7 de agosto de 2015

DOÑA PACHITA [64]

Gian


DOÑA PACHITA [64]

Doña Pacha amaneció muy deprimida hoy, hay cosas de cosas, un matrimonio  feroz, donde se castiga sin remedio a quien menos lo merece.

Le pregunto día a día qué sucede, pero no hay respuesta, no comprendo ésta situación y tal vez muchas mujeres viven su historia de maltrato psicológico tanto para ella, como para sus hijos, palabras como ¡no sirven para una mierda!, ¡no hacen un culo!, ¡inservibles!, aparte de las palabras soeces que dispara de su bocaza, parece un hombre lleno de odio cuando entra a casa, para mí que lo tienen patas arriba con una vela quemándole el trasero, pues su comportamiento va de mal en peor, y ante los demás es un bendito hombre, un ángel de la guarda, la mala es la vieja Pachita.

Me confesó Doña Pachita que no quiere vivir más ésta vida sin amor, que no recibe sino maltrato, se perdió el respeto, y la vieja se desahoga escribiendo cartas a sus hijos que jamás envía.
Tiene 3 hijos que han sido muy lastimados, ésta es una de las razones por las que soporta, siempre dice: mañana, cuando consigan trabajo, mañana cuando terminen sus estudios, mañana, mañana, y ese mañana parece una espada que entra una y otra vez en sus mismas heridas, y con más saña, cada vez se revuelca en ellas, hasta picar en mil pedazos las tripas.

¿Por qué a mí?, hubo un error, se casaron sin amor, ni siquiera se pudo cultivar, nacieron 3 flores que la vieja cuida con su vida y protege con la misma, esperando tome la mejor decisión para todos y de una vez se vaya con su vagabunda que tiene bien guardada, y arme rancho donde pueda al menos ser feliz, porque lo que es aquí, no hay servicios, el candado está cerrado con llave, y se esperan días mejores, un arroz blanco bendice mis pailas, dice mi amiga en medio de una sonrisa, pero  torna en aguacero cuando toco sus manos, y me abrazo a ella, viéndonos en el mismo espejo que guarda mi alma junto a la suya.

Si damos poco, y ese poco lo entregamos con odio, no hemos dado realmente nada, Dios es nuestro proveedor, si pinta de colores las alas de los pájaros, ¿por qué a nosotros no nos ha de pintar ese arco iris al revés en nuestro rostro?, si entrega semillas a los pobres del cielo, ¿cómo acaso creemos que para nosotros no hay algo mejor a la vuelta de la esquina?

¡Ya doña Pachita!, no quiero que sigas así, límpiate esas perlas y con ellas fabricas un rosario, pero no sigas llevando ésta vida, ¡oraremos para que se vaya el diablo, y con él sus seguidores!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, agosto 7/15