lunes, 13 de julio de 2015

PENSAMIENTOS DE JULIO/15 [56]

Mis amados Danilo QEPD y Lucía 

PENSAMIENTOS DE JULIO/15 [56]

Dios, dame paciencia para soportar tanta inquina al paso de una lengua viperina.

Hasta las rocas respiran por sus heridas, nada bueno es creer chismes de un chismoso, bien decía Doña Idiosincrasia en el siglo pasado: quien toma por ciertas las palabras del chismoso, se convierte en su cómplice.

De a trocitos escribo un poema en tus letras, mi poeta amor, qué bonito es despertar y saber que te veré y te soñaré a mi manera.

Pensar en la muerte siempre nos da tristeza, en el viento es seguro que encontraremos a todos, ahí el amor será una certeza, como el sol al despertar, y las estrellas al cerrar los ojos...

Cuando la nube gris se alejó, me di cuenta que el sol siempre había estado frente a mis ojos.

Se nos ha bendecido con un nuevo día y otra oportunidad para ser felices, ahí está el campo, los árboles, las flores, pero no confiemos demasiado en el hombre, porque hay un disfraz que nos hace reír, y otro que nos hará llorar.

Cuando aparece mi amante en medio de galas azules, algo en mí se enciende, payasito mío, dulce amor de silencios, de negras y blancas, de aromas y cantares, que con tus rayos tocas mi alameda y llenas de luz mi casa...

Pensaba en ti en éste segundo, te dejo el último pensamiento de ahora, para dormir contigo el resto de la noche.

Queda sobre ésta pared un suspiro para ti.

Dejaré escrito un beso para ti, sobre ésta hoja...

Gracias a ti amor por crear en mí tantas sensaciones hermosas
No le tengo miedo a la pobreza porque en ella crecí, sino pavor a la vejez en medio de tanta pobreza humana, de esa que sólo enriquecemos con un plato de arroz, y un gracias Dios mío por éste nuevo día de vida, por la oportunidad que tengo de expresarme y llegar a muchas personas, que sin pedido, me aportan su resplandor para ver mi propia pequeñez

Cosa grave es la miseria, y más si hemos sido sus propiciadores.

A veces nos quejamos por tonterías, hay tragedias que sobrepasan el dolor.

¡Qué sensación tan hermosa!, me siento amada por mi Señor, aunque haya mucho odio y desprecio a mi alrededor, pude ver su luz a través de mi ventana, y cuando es más oscura la noche, más puedo verle, ahora escucho tan solo y siento deseos de saber qué hay después de esto...

Un regalo de amor, las llaves de mi corazón.

No sé lo que dicen, parece un conjuro, pasa y pasa corriente por mi piel, ¿eres tú quien la recorre y enciende ésta lámpara vieja, pero tan llena de amor?, ¿responderías a la interrogación que me falta?

Escucho ésta melodía y pienso cuando mi madre abrió sus ojos de nuevo, y se halló de frente con ese Sol que tanto nombraba, escuchar a éste hombre enchina la piel, ¡sole mío!, ¡mama mía!

Hermoso simbolismo, mi primer tinto será a tu salud.

Mi gata, un amor en verdad, modelo profesional, sabe cuándo estoy triste y me hace reír con sus morisquetas, es alguien especial que también llegó a mi vida, y nos amamos, con ese amor que sólo se encuentra una vez en la vida, si fuera gato me casaba con ella.

Y cuando me vaya a ese mundo de calladas olas, ahí seguro estarás contando ermitaños, con las almas solas...


Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, julio/15

Mi película MIS ARDILLITAS RAFAEL Y CARLOS

¡BENDITO MIRLO! [57]



¡BENDITO MIRLO! [57]

¡Bendito amor!, ¡si pudieran escucharlo!,
me regala cada tanto de su felicidad
cuando llega trinando a mi árbol
y se aleja también trinando...

Se fue, pero en la brisa su aroma al pasar
y en cada gajo un temblor,
si asomas a tu ventana
y me regalas un verso de amor.

Mi divino se parece a ti,
trajecito ocre, patitas de tierra,
niñito feliz de la mano del sol,
tibieza que capta información
como ahora con mi hijo,
que dice que no presto atención
pero escucho su voz,
tan igual a ese mirlo cantor.

¡Qué hermoso siento!
Mi árbol es una bendición,
ayer se fue, Sandrita su jaula abrió,
entre llanto y pena alguien lo robó.

El viejo en el cementerio,
mi madre, con ese tirabuzón en el pecho,
soñó que volaría con ella
pues hasta su ventana llegó.

¡Princesa mía!, ¡tesoro de Dios!
En cada cantar te adivino,
tu pentagrama quedó en el viento
y  ahora, escucho tu voz.

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 13/15

SEGUIDORES X

¿Por qué ahora no aparece mi lista de seguidores?, en verdad me importa ver los rostros de mis amigos, me gusta que me vean a los ojos y saber que en éste mundo raro, somos payasos muchas veces que reímos del mundo mientras lloramos.

Raquel
13-07-15

PD. Ya vi a mis seguidores, parece que ahora es interno, gracias a todos, un gran abrazo, son hermosos, dice amigos 5, en total 31, pero quienes me leen, son los más preciosos y ellos están en mi corazón,  mis compadres siempre, hasta que la muerte nos separe, ahora mismo un número maravilloso de lectores, me encanta, eso quiere decir que La Vieja Pacha puede resucitar para dar gusto a ésta gente tan bonita.

AMOR DE POESÍA [58]

AMOR DE POESÍA [58]

Advertí, que mi pluma era de gorrión, y un amarillo faisán entre oscuras letras, anunciaba con tal alegría, otra navidad... ¡pero no sé!, ¡estoy confundida!, me enredo, doblo el cuello y me escondo bajo la roca bendecida, en donde hay un cofre para dos, y te espero desnuda...

Llueve ahora, caen besos y quiero mojarme contigo, ¡que se llene de ruido el huerto!, de perfume, de nidos...

Que el mundo sea un sonido orquestado por las aves y los caminantes del bosque, ¡que huela a caña, a pino, a roble!

Que las flores abran en cualquier estación en el tiempo, y estemos como las aves, arrodilladas esperando la bendición de la mies en el vientre, y como los frutos, ansiando que un pasajero  hambriento, encuentre sosiego y paz bajo las ramas que los sostiene.

Advertí que estabas y que estoy, que pasé muchos años buscando el amor, que se desperdiciaron miles de días y segundos odiándonos, buscando en otros ojos lo que había de sobra en tu huerto, ¡pero no importa!, siempre hay un rayo de luz que se cuela por la ventana, a pesar de la oscuridad, entre más negra, más podemos su brillo divisar.

Ahora, espero la promesa de unos brazos, al fin enredados en mi cuello, no los tuyos, dejaste que la flor se marchitara sin el riego de una gota de lluvia, sin una caricia siquiera, entonces volteo el rostro, si no eres tú, ¿entonces quién?
 Vas y vienes como una sombra, caminante mío, tesoro de todas y ninguna,  dejas la sortija en cualquier bacín para que otras manos sucias manoseen lo que recibió bendición, y entonces apareces diferente, eres otro, renovado, como un lucero donde brillan los azules intensos, y corro hacia tu pecho, me pego como abeja sobre una flor y ahí me quedo, hasta que todo parece oro flotando a mi alrededor entre mucha luz, son rayos en una navidad que se acerca como globos de cristal esparcidos en el bosque.

Y mi luz, una luz que va entre las hojas secas, sonríe ante mis locuras de amor, hago estación en su boca, sus brazos son mi verano, y su lengua mi otoño, en donde quedará mi última primavera, sin inviernos que nos lluevan los ojos, sino mojados bajo la lluvia los dos, abrigados por la misma ilusión que nos hace escribir un verso, que nos encuentra viendo la misma luna callada en las noches, y se estaciona en nuestra barca, en esa pasajera ilusión de un poema, sí, un poema:  tú y yo.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, noviembre 23/14


A PESAR DE TODO [59]

Sofía y Alirio años upa

A PESAR DE TODO [59]

Aunque tu día parezca gris,
recuerda que los anteriores fueron luminosos,
los momentos donde sonreíste,
un premio a las viejas soledades,
a los días donde creías que no había sueños.

Hoy es un regalo más
con todo lo que el día te haya traído.
La primavera es siempre una promesa,
la poesía llena espacios que otros no pueden;
la música son besos de Dios
que se conjugan entre las hojas.

Cuando creas que el mundo se vino sobre ti,
recuerda que el amor estuvo contigo.
Hay seres que no saben lo que es el amor,
has sido bendecida con un refugio
bajo un árbol frondoso,
calidez, sonrisas,
el instante de la espera
y el momento de la despedida

Alguien se va, la piel se moja,
los ojos se vuelven manantial,
en un rato se verán luminosos,
se inventará un verso al amor,
hará estación un beso en el sol
y sonreirás de nuevo.

Si te sirve de algo,
nadie se va para siempre;
guardamos los recuerdos,
y esa luz se queda con nosotros
cada vez que los pensemos.

A pesar de todo,
estamos aquí
aceptando el reto de vivir,
y la fuerza llegará, es seguro;
en un te quiero multiplicado,
en una oración conjugada,
en un poema entre la lluvia.

En un abrazo tan solo,
¡En un fuerte abrazo!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, noviembre 23/14



¡SÍ, SE PUEDE! [60]




¡SE PUEDE! [60]

¡Se puede!, tenemos que colorear el mundo con la bandera del amor, ahí caben todas las alegrías y se juntan los pesares, que se arropan con el naciente sol...

Y cambiaron de color las hojas, ni siquiera la primavera y las otras estaciones las destruyeron, pues el tiempo las volvió sabias manos abiertas que todo lo entregaron...

Entonces cayeron sus hojas, como los dientes del mundo, un lecho hermoso se ajustó a este tiempo raro, la sonrisa fingida fue carcajada, aquí  los aullidos de lobos se unían, la luna era un sol al mediodía, la lluvia cabellera de un camino, ondeando cual bandera, donde se iban todas las penas y cantaban alegrías, cuando las rocas danzaban a su paso...

Cayeron lentamente, ¿a quién diré que un ave estuvo ahí?, ¿a quién contaré de mis vanas alegrías y de los pesares que ayer estuvieron a mi mesa, y ahora se van?, se alejan, la mala suerte era un sueño pasajero, viene el ruido, el canto de las aves, mi banca de madera donde recojo los inviernos y los guardo en un cofre. El oro es la promesa del mañana, y veo a la distancia las aves que levantan vuelo, me uno a esa bandada, tal vez ahí estés, y tu cantar sea mío, hoy como ayer...

Y de nuevo, volando siempre volando, me alejo, soy un ave blanca en la inmensidad, soy una letra tan solo, un grano de arena, un rayo de luz que penetra por un resquicio de tu corazón, pero se ha cerrado la puerta y una invitación a volar me aleja, mucho más lejos que todas las distancias, fuera de tu mundo, de ese hormiguero donde era algo... tan solo algo... 

Qué hermoso ir como un caballo brioso corriendo por la llanura, sin miedo a nada, qué dulce ver un ave con sus alas abiertas al cielo, sin temer a una roca disparada por su depredador, qué lindo saber que amo, aunque te alejes por ese camino tuyo, marcado por el sol.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, Nov  23/14

DEL MISMO ESTABLO [61]



DEL MISMO ESTABLO [61]

Ese día estaba dolido con el mundo, sentí las espadas que herían al débil, y los vi alzar con arrogancia la mirada, se reían muchas veces, pero no sabían que también tenía un corazón que trataba de mostrar pero que ni siquiera  comprendía.

Lo que nadie sabe, es que nunca en  mi  vida lo había visto llorar, ¡tranquilo!, nada pasa, ahora te pueden escupir, eres altanero también y soberbio, no sabes decir las cosas muchas veces, pero es que así era Kico también, era la burla de muchos, y en brazos de mi vieja, era donde también encontraba consuelo, cuando era menospreciado por los mismos, que lo tenían por menos.

¡Hifueputas!, éstas palabras suenan en mi estancia, y cada vez que lo escuchaba trataba de calmar su ira e impotencia, pues el mundo lanzaba rocas a ese corazón de por sí herido, y a esa carne que las producía.

No importa cuántas veces lanzamos palabras, tenemos que cuidarnos de no herir a quien siempre ha sido despreciado, luego un respirar se vale, cuando hasta el sol nos permite sanar poco a poco cada pequeña llaga.

Seguimos caminando, hay demasiada roca y mucha espina, no ha sanado una vieja herida cuando otra  permanece abierta, y la pus que bota, es como una lágrima que se escurre de un rosal.

¿Por qué razón nos herimos?, ¿por qué siempre estamos castigando?, en ésta y muchas preguntas levanto airosa el rostro, no permito que me humillen, soy una valiente tratando de correr, y me llevo con un beso y un abrazo a quien acepte que  todos erramos en éste camino de caballos finos y potrancas salvajes, que unas veces nos  pateamos, y otras nos montamos, ¡pero que no sea tanta la “montadera”, ¡que parezca que nos humillamos!

Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, julio 13/15



RECUERDOS 2 [62]

RECUERDOS 2 [62]

La roca de la esquina, donde se entretenían los novios chupando piña y acariciando con disimulo debajo de la ruana, mi casa grande donde alguna vez volé como un águila, colgada de un lazo, y toqué pared a pared, siendo protegida por un ángel, la caída en búsqueda de pájaros, tanque sobre tanque, pues buscando la gloria, también casi desprende un golpe mi nariz, y con ella la claridad de mis ojos se cubrieron de púrpuras matices.

Vamos caminando, huele a chivo, aprisa por la cuesta a pastar ganado, entre los cachos de un toro bravo volé también, y caí donde la providencia me esperó, sobre secos espinos a un lado del camino.
Mi padre intentó ser un buen labriego, para matar el hambre muchos pollos y gallinas, cazador de los buenos con su fusil terciado y el azadón, para reventar la tierra bondadosa, que nos regaló enormes cosechas, que por grandes no valieron.

La quebrada El Guayabo y sus blancos ermitaños, arenales que se perdían, trabajo de reventar montañas y la “escasez de abundancia”, palabras de un Chavito que convivió en nuestra casa en días de fiesta y alegría, en otros tiempos, y otras salas.

El caney donde guardaba los chivos, la cosecha para picar a las vacas, la energía perdida, el sudor, la boca de mi madre y sus henchidas tetas... el camino de hormigas culonas, los muchachos que se crecían, y los pequeños con sus caras sonrojadas y sus brillantes ojos, la muerte de Rosita, una pequeña flor, entre los brazos de mi hermana, la muerte de mi abuela, y las depresiones de mi mama.

¡Cosa rara es la vida!... todos mostrando de los frutos, ¡Nooo!, es muy enorme, ¡noooo!, le doy un centavo aunque valgan miles, y el viejo se cansó de tanta labor sin paga, quería que sus hijos tuvieran mejor suerte que la suya, y cualquier día, olvidando palomos gigantes, vaquitas enanas que producían baldes llenos, gallinas salidas con sus pollitos, tan sólo volteó a ver el árbol florecido del patio, se persignó, se abrazó a mi madre y encomendó a Dios el nuevo camino, en medio de gritos de júbilo, de niños que nada sabían de sus angustias y sus afanes.

Raquel Rueda Bohórquez

Barranquilla, enero 15/15